Sala de Prensa

14/08/2008

Juan Bustos, un imprescindible

Columna de Pedro Casanueva Werlinger, Defensor Regional de Antofagasta.

A riesgo de repetir lo que mucho se ha dicho y escrito en estos días, en este espacio en donde se expresan las ideas de quienes trabajamos en la Defensoría Penal Pública, no podíamos dejar de referirnos a la partida de un gran hombre, un luchador de grandes causas: de la justicia social, de los derechos humanos y del Derecho.

Juan Bustos Ramírez, ha partido, pero es de aquellos que se quedan para siempre, de aquellos que han dejado una huella indeleble. Comprometido con grandes ideales fue y será un ejemplo para las nuevas generaciones. En las escuelas y facultades de derechos sus textos y opiniones seguirán siendo un referente esencial, para quienes creen profundamente en  el  respeto de las libertades y las garantías fundamentales. En la dignidad de todos, sin distinciones de ninguna naturaleza.

Desde siempre, Juan Bustos abrazó la idea de un Derecho Penal de mínima intervención, porque era celoso de las libertades y los derechos de las personas. Sabedor de lo brutal que puede ser, en determinados casos, la intervención penal y la sanción punitiva respecto de las personas en concreto, es que planteaba con persistencia razonamientos destinados a morigerar esos efectos y a entender las instituciones penales siempre con una lógica de humanidad y de búsqueda de una decisión racional, justa y equilibrada.

Por otra parte, fue arquitecto de argumentaciones destinadas a conseguir el castigo de quienes hirieron profunda y cobardemente a nuestra patria y a nuestro pueblo, a través de las constantes violaciones a los derechos humanos. 

No diremos cuántos textos y artículos nos dejó, sería largo y reiterativo enunciarlos. Diremos, eso sí,  que ellos son, y continuarán siendo, herramientas fundamentales para el trabajo de los docentes en las escuelas de derecho, donde esperamos los alumnos recojan algo de su sabiduría y humanidad. También es necesario reconocer que sus dichos son de enorme valor para el estudio y decisión de los jueces y para el trabajo permanente de los defensores penales públicos, quienes muchas veces hemos encontrado en las ideas de Juan Bustos Ramirez la respuesta a nuestras inquietudes y angustias de cara a la persecución penal y frente a nuestro deber legal y constitucional de prestar defensa a los ciudadanos que la requieren y la necesitan,

Luchador de toda una vida, de causas sociales y estudioso permanente. Desde la docencia en las más tradicionales universidades chilenas, en otras más nuevas y algunas extranjeras, llegó a la vida parlamentaria, inspirado en los valores que adquirió muy joven, cuando a los 20 años inició su militancia política. Desde el sillón de Diputado, se transformó en constructor y artífice de acuerdos que impone la convivencia democrática.

Al luchar un día, fue indudablemente un hombre bueno. Pero como luchó toda una vida, fue de aquellos imprescindibles.

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