Sala de Prensa

05/03/2007

Las cifras de la delincuencia..., según el gobierno

En la zona las denuncias bajaron un 3,2% (El Sur, 4 de marzo de 2007)

El defensor regional, Georgy Schubert, y el gerente de Paz Ciudadana, Gonzalo Vargas, analizan la última estadística del Ministerio del Interior, que registró un pequeño descenso en la comisión de delitos.

Fabián Polanco M. Junto a las cifras de desempleo, las últimas del gobierno sobre delincuencia han configurado las estadísticas más positivas entregadas en el último mes. Sin embargo, la baja en la cantidad de denuncias a nivel nacional pasó casi inadvertida, imponiéndose en la agenda noticiosa el Transantiago, pero también las dudas en cuanto a que tanta maravilla -un 0,5% menos de delitos- sea una realidad.

Fue el Informe Nacional sobre Denuncias y Detenciones por Delitos de Mayor Connotación Social 2006, del Ministerio del Interior, el que aseguró que al comparar la tasa de 2005 con la del año pasado se registró un decrecimiento de la delincuencia.

La conclusión es diametralmente opuesta a la que se puede extraer de la última cuenta del Ministerio Público, que informó de un incremento del 5,6% en la comisión de ilícitos en Chile, a excepción de la Región Metropolitana (la estadística no incluyó a Santiago, ya que no había comparación con 2005, pues la reforma comenzó sólo a mitad de ese año en la capital).

También lo es respecto de un sondeo de Adimark y la Fundación Paz Ciudadana, que determinó que en el segundo semestre de 2006 el nivel de victimización en los hogares chilenos pasó del 37,7% al 41,7%; es decir, 4 puntos porcentuales más que en los primeros seis meses del año.

A nivel de Octava Región, los números del gobierno son igualmente auspiciosos, discrepando de la estabilización de los delitos que incluso anteriores encuestas del Ministerio del Interior daban cuenta.

La del Biobío es, según el gobierno, la cuarta zona del país con más denuncias, sólo por debajo de la Metropolitana, la Quinta y la Primera. Sin embargo, de las nueve regiones en que disminuyó la delincuencia, la Octava es la última, con una baja del 3,2%. Sólo creció la comisión de delitos -además de Santiago- en la Cuarta, la Sexta y la Novena.

Respecto de las denuncias por ilícitos perpetrados en las comunas del Gran Concepción evaluadas en el estudio del Ejecutivo, la situación es dividida.

Mientras Chiguayante, Talcahuano y Hualpén están entre las 20 con las más bajas tasas de delincuencia, Concepción y San Pedro de la Paz se encuentran en el otro extremo; la capital regional figura, con 4 mil 877 (cinco denuncias por cada 100 mil habitantes), en tercer lugar, sólo después de Santiago y Providencia; y San Pedro en el lugar número 20, con una tasa de 3 mil 304, (3 por cada 100 mil habitantes).

Para contextualizar las cifras y consultar las dudas que generan resultados tan distintos, según sea la encuesta, EL SUR conversó con el defensor regional del Biobío, Georgy Schubert y con el gerente de la Fundación Paz Ciudadana, Gonzalo Vargas.. Desde Santiago Vargas fue categórico al expresar su confianza en los sondeos que miden la victimización y la estadística del Ministerio Público, más que en el análisis del gobierno.     

Análisis obsoleto     Desde Santiago, Gonzalo Vargas fue categórico al expresar su confianza en los sondeos que miden la victimización y la estadística del Ministerio Público, más que en el análisis del gobierno.

-¿Puede compararse el resultado del estudio del gobierno con las estadísticas de Paz Ciudadana, que miden desde victimización, percepción de inseguridad, hasta la cantidad de denuncias de delitos? Hoy hay cuatro fuentes distintas de la información que miden de forma distinta el fenómeno de la delincuencia; cuatro metodologías. Todas son válidas para sus propios usos, pero hay algunas mejores para poder interpretar finalmente qué es lo que pasa con la delincuencia a nivel agregado. Hay un consenso técnico internacional para saber cuántos delitos ocurren y cómo afecta la delincuencia a las víctimas y es a través de la encuesta de victimización. No es perfecta, pero es la mejor aproximación, porque hay ilícitos que no se denuncian. Hay una cifra negra muy grande... Por eso, lo que hay que esperar ahora es el sondeo del gobierno sobre victimización, la Encuesta Ciudadana, que realiza el Ministerio del Interior con el INE. Así podremos comparar esos datos con los de Paz Ciudadana y Adimark. El otro método de análisis es mediante las cifras de denuncias, que yo prefiero llamar de registro de delitos. Las fuentes ahí son el Ministerio del Interior, que considera denuncias y no aprehensiones (estos últimos casos son contabilizados como detenciones por el gobierno), contrario al Ministerio Público, que informa de delito ingresado, sin hacer la anterior distinción. El gobierno considera sólo ocho delitos en su Informe Nacional sobre Denuncias y Detenciones por Delitos de Mayor Connotación Social; ese sistema está obsoleto. A nosotros, a fines del año pasado, nos dio un aumento en la victimización, mientras que el Ministerio Público también registró un incremento en las denuncias. Entonces tenemos dos fuentes que apuntan al alza de la delincuencia y una que habla de una baja. Con eso, yo me inclino, hasta ahora, por la interpretación de los primeros dos sondeos.

¿Qué rol juega, según usted, el Plan Cuadrante en el combate a la delincuencia? -El principal impacto estadístico del Plan Cuadrante es el aumento de la dotación y recursos logísticos. La iniciativa debiera ayudar a disminuir los índices, pero influye mucho la capacidad de gestión de la propia institución. Hay regiones donde ha sido un éxito, pero en otras no tanto, como en la Octava hasta ahora. En la Segunda ha tenido un impacto bien importante. En 2003, Antofagasta era la comuna con más delincuencia y ahora tiene los índices más bajos, incluso por debajo del promedio nacional. Lo atribuyo a un buen trabajo policial y del Ministerio Público, pero también a programas como los del municipio de Antofagasta.

-¿No influyó en la baja de la delincuencia, en la Segunda Región, el buen momento económico?-No porque eso no se manifiesta tanto en empleos. El problema del norte es la droga. Si hay mucha plata también puede haber mucha droga. Dentro de ciertos rangos, el auge económico puede influir en la disminución de la delincuencia, aunque sólo si es que estamos hablando de regiones con altos niveles de cesantía, que sí gatilla más delincuencia. Pero el hecho de que las empresas mineras estén ganando mucha plata, no significa, por ejemplo, que un joven que desertó del colegio vaya a estar mucho mejor. Los cambios por la buena economía podrían darse en el largo plazo, pero no de un año para otro. Hay una cierta correlación entre la actividad y la delincuencia. Se vio con la crisis de 1997, pero ya llevamos tres años con un aceptable comportamiento económico y la delincuencia no cede.     Problema de base: Desempleo     Georgy Schubert pidió cautela al enfocar el análisis del flagelo en sólo algunos antecedentes.

-¿Puede ser atribuida la gran diferencia de los resultados en las encuestas de Paz Ciudadana, Adimark y el gobierno, sólo a las variables o al método utilizados? -El tema de las cifras sobre delincuencia a veces genera grados de confusión, básicamente, porque hay instituciones que lo que miden son cuestiones distintas y eso es lo que dan a conocer a la opinión pública; también puede haber diferencia en las fuentes.

Por ejemplo, el Ministerio del Interior hace un estudio sobre las tasas de denuncia respecto de un determinado universo de delitos, que en este caso son los de mayor connotación social. En cambio, cuando el Ministerio Público presenta una cifra de denuncias, al entregar su cuenta pública, lo hace en relación al universo total de todos los ilícitos. Por otro lado, hay instituciones como Paz Ciudadana, que también hacen un seguimiento a esa cifra, pero que al mismo tiempo hacen un sondeo de victimización, comparando ese resultado con las tasas de denuncia.

Al final, lo que se está midiendo es diferente, con perspectivas distintas y, obviamente, eso genera confusión. Lo importante es que se está asumiendo que algo básico para diseñar políticas racionales para enfrentar la delincuencia es unificar las bases estadísticas, las formas de medirla y de esa manera todas las personas estén hablando de lo mismo. Eso es básico porque sobre esas cifras se podrán generar políticas nacionales, pero también locales.

-¿No se puede entonces partir de la base de que la situación delincuencial sea causada por factores similares?-Creo que los factores que inciden en las tasas de delitos varían. En algunas zonas se ve un aumento de los delitos de lesiones y coincide en que un problema particularmente grave en esa comunidad es la violencia intrafamiliar. En otras partes puede haber una relación entre el índice de desempleo y el aumento de ilícitos contra la propiedad.

Pero también vemos que eso mismo, en regiones como la Segunda, la menor cesantía y el auge de la economía puede ser también una explicación para la disminución de la comisión de ciertos delitos. Lo importante es que cada vez que uno analice esas cifras trate de incorporar todas las variables.

Sólo decir que en una región baja el delito porque ha sido un éxito el Plan Cuadrante o porque la reforma (procesal penal) funciona bien, son factores que sin duda deben incidir en el resultado final. Sin embargo, también hay otras variables socioeconómicas que siempre deben estar incorporadas y que no siempre se toman en cuenta.

-El jefe de la Octava Zona de Carabineros Biobío, general Jaime Vasconcellos, dijo hace poco que cuando el Plan Cuadrante funcione en forma óptima en nuestra región a partir de este año, entonces las cifras de delincuencia deberían comenzar a bajar. ¿Influye en que haya más o menos comisión de delitos la presencia de más policías en las calles o el establecimiento de un cuartel en una población? -Creo que eso es positivo, en el sentido de que la presencia de efectivos de Carabineros es disuasiva para la comisión de ilícitos. Pero, aunque Carabineros cumpla su tarea de manera exitosa y con todos los recursos, hay que tener presente -insistió que hay otros factores que son sumamente fuertes y particularmente lo son en esta región, como es la tasa de desempleo. El Plan Cuadrante puede ayudar, pero es relativo.

Puede ser que la situación no mejore todo lo que uno espera o que se mantenga, ya que tenemos un problema de base focalizado en esta región y que no es menor, la falta de trabajo.

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