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27/11/2008

La nueva Defensora Nacional es profesora Derecho UC: La Defensoría Penal Pública defiende los derechos de los ciudadanos, no de los delincuentes"

Entrevista publicada en DerechoUC de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Chile, N° 21.

Así de categórica es en sus afirmaciones la profesora Paula Vial, profesora de Derecho Procesal Penal de nuestra Facultad. Recientemente designada por la Presidente de la República como Defensora Nacional, DerechoUC quiso acercarse a ella y conocer más acerca de su carrera y sus ideas para este nuevo período que está viviendo la ya asentada reforma procesal penal.

A principios del mes de julio se realizó un acto en la nueva cárcel concesionada de Rancagua. Allí estaban presentes miembros de Gendarmería de Chile y una gran cantidad de presos quienes, conjuntamente, querían despedir a la Defensora Regional Paula Vial que viajaba a Santiago a asumir el cargo de Defensora Nacional. En emocionantes palabras, una de las mujeres privadas de libertad en aquel recinto señaló a la nueva Defensora Nacional su agradecimiento. “Yo a usted le creo porque hace las cosas desde el corazón y el taller que yo hice aquí, en la cárcel, me tocó el corazón. La Defensoría hizo que yo me comprometiera con mi futuro" concluyó.

Son esas palabras la mejor presentación de Paula Vial Reynal, la nueva Defensora Nacional y profesora en Derecho UC. De una reconocida humanidad, sus rasgos son apreciables desde el momento en que se inicia nuestra entrevista. Cercana y acogedora, recibió a nuestro periódico en las dependencias de la Defensoría Penal en Alameda 1449.

Generación 1992, Paula Vial se destacó tempranamente en las actividades sociales de nuestra Facultad que se llevaban a cabo entonces en el campus oriente. Delegada por su curso cada año de la carrera y elegida mejor compañera al término de ésta, escogió el camino del servicio público. Esa vocación se concretó en dos áreas específicas: la docencia, por un lado, y el ejercicio en materias penales, por otro.

Así, en 2003 ingresó a la naciente Defensoría Penal Pública, órgano encargado de facilitar el acceso al derecho constitucional a la defensa del que gozan los imputados y acusados dentro del marco de la reforma procesal penal. Tras un proceso sumamente exigente, nuestra profesora fue designada inmediatamente Directora Regional de la VI Región. Tras una activa labor en ese cargo –y nuevamente tras un exigente proceso que incorporó la participación de consultoras privadas– Paula fue designada por la Presidente de la República como Defensora Nacional este 4 de julio.

“Vivir una activa vida universitaria  me entregó herramientas de liderazgo y servicio”

- Paula, ¿Cómo recuerdas tus años de Facultad? Bueno, fueron años llenos de actividad. Ingresé a Derecho UC en 1988 y nos correspondió estudiar en el campus oriente. En esa época el número de alumnos que ingresaba era muchísimo menor al actual y, dentro de ese número, las mujeres éramos una minoría. En mi generación ingresaron 140 alumnos, de los cuales tan sólo 40 correspondían al sexo femenino…Hoy, según he sabido (y nosotros lo corroboramos) están casi igualados en cuanto número de ingreso. Mis compañeras y yo, en nuestra condición de minoría, nos teníamos que validar. Así, éramos muy activas. En realidad yo tuve compañeras excepcionales. Recuerdo a la Paula Bardón o a la Denisse Salenberger, por ejemplo. Pero también tenía compañeros que no tardaron en destacar, como Pablo Bauer o Rodrigo Ochagavía.

- Y los profesores… En cuanto ese punto, creo que fueron dos los profesores y uno el ayudante que me marcó. Don Enrique Cury, el primero. Su estilo abierto, que brindaba espacios a los alumnos, permitía enriquecer nuestro estudio. Igualmente estaba don Ricardo Gálvez, nuestro severo profesor de Derecho Procesal. Su severidad no le impedía adoptar un importante grado de cercanía con sus alumnos, al punto que lo elegimos el mejor profesor de la generación. En cuanto ayudantes, tengo que mencionar a Claudio Feller. Discípulo de don Enrique, tenía también un importante grado de cercanía con quienes éramos sus alumnos. Su capacidad intelectual le merecía un amplio reconocimiento del curso, así como su apertura para tratar diversos temas. Otro profesor que recuerdo con mucho afecto por sus conocimientos y su entretenida personalidad es Alberto Lyon, en Derecho Civil. Finalmente, don Luis Bates. Fui su ayudante en el ramo de práctica profesional y su forma de hacer las cosas me marcó profundamente. Un verdadero formador. Igualmente recuerdo a Jaime Náquira, de quien no fui alumna pero conocí cuando inicié mis actividades académicas.

- ¿Qué rasgo de la vida de nuestra Facultad te permitió desarrollar capacidades o aptitudes que hoy utilizas en tu vida profesional? Claramente su intensa vida universitaria. Vivirla me permitió adquirir herramientas de liderazgo y servicio que hoy me toca utilizar todos los días. Esa intensa vida universitaria se canaliza no sólo hacia actividades de carácter social, como los trabajos, sino también hacia actividades de carácter académico, como las ayudantías. En ese sentido, me ayudó muchísimo el trabajo que desarrollé junto al profesor Luis Bates en la práctica. Trabajamos con grupos de alumnos en poblaciones de Santiago. Les mostramos la realidad de la cárcel, de la penitenciaría. Eso les permitía a los alumnos generar un vínculo académico con la realidad, insustituible en su desarrollo personal.

“Somos parte de la historia”

- Paula, cuéntanos acerca de tu experiencia en la Defensoría Penal Pública. El inicio de la reforma procesal penal me tocó vivirlo mientras cursaba estudios de doctorado en España, en la Universidad Complutense de Madrid. Tras tres años de estadía en aquel país, tomé conocimiento de la creación de este nuevo órgano, la Defensoría Penal Pública. Se llamó a concurso para Defensor Regional y decidí postular. Pese a mi juventud fui designada como Defensora Pública de la VI Región en marzo de 2003. Desde ese momento ha comenzado una vorágine marcada por cinco años de intenso aprendizaje. Esto último en todo sentido: aprendizaje humano, técnico, administrativo-gerencial, etc. Fue un período muy entretenido de mi vida.

- Hoy, una vez que la reforma procesal penal es una realidad en nuestro país, ¿Qué sientes al haber formado parte de este proceso respecto del cual muchos no auguraban un buen futuro? Mucho orgullo. Somos parte de la historia jurídica de Chile. Nuestra responsabilidad desde un comienzo fue instalar la idea del defensor público como un derecho de todos los ciudadanos –no de los delincuentes– en el inconsciente colectivo del país. Esto exigía un importante cambio cultural que, poco a poco, se ha ido generando en las personas. Sin defensa adecuada, no puede existir justicia.

- En cuanto a la Defensoría, algunos medios jurídicos han criticado el modelo de defensa sobre el cual ésta trabaja. Esto es, han criticado este esquema en el cual la Defensoría llama a concurso y licita la defensa de imputados y acusados entre abogados particulares. ¿Qué crees al respecto?  Mira, en principio, todos los sistemas son perfectibles. Eso está claro. Pero creo que también está meridianamente claro para el mundo jurídico nacional el interesante aporte que ha efectuado este sistema de licitaciones. Independiente de las correcciones que pudiesen formularse a este mecanismo, él ha sido una valiosa oportunidad de generar instancias para la participación privada en el mundo de lo público.

- ¿Consideras que este esquema de participación público-privado es aplicable a otras áreas de práctica como el Derecho Civil o Laboral? Creo que es perfectamente aplicable el sistema. El hecho que éste tiene más beneficios que perjuicios es que el legislador lo adaptó al ámbito del Derecho del Trabajo, esto es, a la defensa de los intereses de los trabajadores. La profesionalización de la defensa de las personas carenciadas a través de la licitación de las causas es algo extraordinario. Por otro lado, esta es la única forma de hacer efectivo el derecho constitucional a la defensa contemplado en el artículo 19 Nº 3 de la Carta Fundamental.

- Por otro lado, se ha venido discutiendo en el último tiempo si extender los ámbitos de la práctica profesional obligatoria de los egresados de Derecho al ámbito penal, ¿Cuál es tu parecer? Indudablemente debe extenderse al ámbito penal la práctica profesional que nuestros egresados puedan realizar. En ese sentido, estamos abiertos a la idea de de recibir postulantes para que realicen sus prácticas profesionales en la Defensoría. Creo que es un espacio extraordinario para la formación de los futuros abogados.

“El tema género será uno de los sellos de mi gestión”.

- Una vez que asumes el cargo, ¿Cuáles son los desafíos que vislumbras? Mira, en primer lugar creo que es necesario abogar por una pronta modificación del antiguo Código Penal. La visión de este cuerpo normativo es propia del siglo XIX y es cada vez más difícil aplicarla a la realidad del siglo XXI. Existe un dramático problema en torno a las penas, por ejemplo. La ciudadanía no entiende, por ejemplo, como una persona que mata a otra tiene menos pena que otro que roba…Esto termina generando un cuadro de desconfianzas en las personas respecto del sistema penal.

- Y en cuanto al servicio mismo… Es clave en esta nueva etapa de la reforma trabajar ya no sólo en la cobertura de la defensa de las personas, sino también en la calidad de éstas. Si el desafío, al principio de la reforma, fue dotar efectivamente a cada persona de defensa jurídica, el nuevo desafío es mejorar la calidad de una cobertura cada vez más universal. Se hace necesario, en ese sentido, mejorar también el perfeccionamiento de los mecanismos de licitaciones.

- ¿El tema mujer es prioritario en tu gestión? Definitivamente sí. El tema género será uno de los sellos de mi gestión. Hay que abrir más espacios para más mujeres en la reforma. Datos complicados; actualmente sólo el 30% de los defensores es mujer y hoy no existe ninguna defensora regional. Para ello se hace necesario desmitificar un poco los temas penales, en cuanto tradicionalmente se les ha entendido como campo de ejercicio “de hombres”. Esto no es así y cada día somos más las mujeres que lo demostramos.

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