Sala de Prensa

24/12/2008

Cinco años de la Reforma

Columna del Defensor Regional de Valparaíso, Eduardo Morales, publicada en El Mercurio de Valparaíso el día 24 de diciembre.

La reforma procesal penal cumple cinco años de aplicación en Valparaíso.  Ha sido un proceso exitoso de modernización que resultó capaz de superar el cambio de las prioridades sociales y políticas experimentado en dicho lapso: Cuando la reforma se concibió primaba el interés por las garantías y los derechos de las personas por sobre la eficacia de la persecución punitiva, hoy las preocupaciones y demandas de la  ciudadanía son inversas.

No obstante este cambio trascendental, los principios de la reforma se mantienen vigentes: la oralidad, la concentración del procedimiento y el derecho a defensa, entre otros nuevos conceptos, se han incorporado al proceso y poco a poco devienen en conocidos y compresibles para amplias capas de la población. 

Los logros alcanzados en estos primeros cinco años son enormes.  Desde ya lo es la celeridad y transparencia del nuevo sistema, pero también hay otros, como la reactivación del estudio del derecho penal y procesal penal en la región y la vigencia de un nuevo estilo de relaciones entre las instituciones, sin el cual no hubiese sido posible concretar, por ejemplo, el  proyecto “Cortes de Drogas” que surgió en  esta región y se extiende a gran parte del país.

Para la defensoría es un logro destacable la incorporación de abogados privados mediante licitación. Los defensores licitados han recibido el mismo trato y expresan el mismo compromiso que los institucionales.  Desde fuera de esta institución se reconocen todos, simplemente, como defensores públicos.   La reforma procesal penal también exhibe imperfecciones y enfrenta desafíos.

Entre otros, la defensoría necesita reforzar los instrumentos de control y fomento de la calidad de sus prestaciones, requiere cultivar una mística nueva, acorde a la etapa de consolidación del sistema y necesita retomar la aspiración de autonomía respecto de los poderes públicos. 

Por su parte, las resoluciones de los jueces deben ser hoy más claras y comprensibles para sus destinatarios principales, los justiciables.  Los fiscales del Ministerio Público también requirieren perfeccionar sus políticas persecutorias.  En fin, hay muchos otros desafíos pendientes para la reforma, como evaluar y corregir lo ocurrido con juicios excesivamente largos, revisar la aplicación de la ley sobre responsabilidad penal de los adolescentes y mejorar la deplorable condición de las personas imputadas que padecen de enfermedades mentales.

Sin embargo, la evaluación de los primeros cinco años es más que positiva.  En nuestra región hoy se respetan las garantías básicas del debido proceso: el derecho al juez natural, independiente e imparcial;   el derecho a un juicio oral, público y contradictorio y el derecho a un defensor técnico y de confianza.  Se trata de logros grandes para Valparaíso y para Chile, logros dignos de celebrarse.

  • subir
  • imprimir
  • volver