Sala de Prensa

05/05/2009

¿Iguales?

Columna de Eduardo Morales, Defensor Regional de Valparaíso.

 

La televisión exhibe cotidianamente las miserias de los imputados de cometer delitos. Los sospechosos son mostrados y execrados frente las cámaras, las víctimas manifiestan ante ellas sus iras y sus penas, la morbosidad del público es estimulada y satisfecha una y otra vez por la difusión de esas angustias, profusa y descarada.

El tema es atractivo y también es lucrativo. Tanto, que se dedican costosos horarios estelares para trasmitir casi en directo las operaciones en que la policía persigue y captura a esos sujetos. Para ello, los camarógrafos ingresan a las casas junto a funcionarios que irrumpen en la intimidad de las familias, sin importar si es de madrugada, si sus ocupantes duermen o tampoco si es que hay niños. La televisión muestra sin pudores el temor, la rabia y la pobreza de los afectados.

Muy pocas voces denuncian estos abusos, estas violaciones al derecho a la intimidad, a la inviolabilidad del hogar, al honor, a que se presuma la inocencia de quienes son acusados de cometer un delito en tanto un tribunal no pronuncie una condena. Nadie castiga las ilegalidades cometidas para realizar y difundir esos programas, no hay querellas, no hay abogados que patrocinen a los afectados, no hay comentaristas que los defiendan.

Pero parece que no todos somos iguales.

La publicación reciente de parte de un oficio del Fiscal Nacional que indica: "han aparecido antecedentes que revisten caracteres de delito y que involucrarían, además, a la H. diputada Claudia Nogueira Fernández" ha desencadenado una tormenta.

Hay quienes piden la destitución del Fiscal Regional de Valparaíso, al que se atribuye responsabilidad en la filtración de la noticia. Hay quienes consideran escandaloso, ilegal e inaceptable que se pretenda, "violar el secreto bancario" y conocer los movimientos de las cuentas corrientes de la parlamentaria. Surgen voces enérgicas que invocan el derecho al honor y la presunción de inocencia, presuntamente vulnerados con la publicación de esa parte del oficio del fiscal.

Da la impresión que no se mide a los chilenos con la misma la vara. Al escuchar estos reclamos, en el marco de silencio que los precede, parece que la preocupación por el honor de las personas es distinta y que la presunción de inocencia tiene valoraciones diferentes y no similares para todos.

La declaración del artículo primero de la Constitución Política de la República que expresa "las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos" debe ser un propósito, un fin o un norte para nuestra Estado Democrático de Derecho. Diferencias como las mencionadas, en el trato de las personas imputadas de cometer delitos, no contribuyen en manera alguna a hacer realidad esa declaración.

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