Sala de Prensa

24/05/2010

Internas de la cárcel de Osorno envían ayuda a damnificadas por el terremoto

Tejieron mantas para ir en ayuda de otras mujeres privadas de libertad que siguen sufriendo los efectos del megasismo de febrero pasado.

Como una forma de mostrar su solidaridad hacia otras internas que se encuentran recluidas en penales de la Región del Biobío y que fueron afectadas por el terremoto del pasado 27 de febrero, más de 20 internas del Centro de Cumplimiento Penitenciario (CCP) de Osorno se unieron para confeccionar unas coloridas mantas de lana que servirán a quienes las reciban para paliar el frío del invierno.

La iniciativa surgió como idea de la Defensora Local Jefe de Osorno, María Soledad Llorente, y se concretó con el apoyo de Gendarmería de Chile, además del aporte económico de privados, lo que permitió juntar más de 120 ovillos de lana que se transformaron en mantas donadas a internas de una de las zonas más afectadas por la catástrofe.

MOTIVACIÓN Emelina González es una de las internas que participó en la elaboración de las colchas. A sus 47 años se encuentra por primera vez privada de libertad, tiene dos hijos y está en calidad de imputada por un delito penado por la ley de drogas. “Con esto me he sentido bien, me ha servido para salir de la depresión y olvidarme un poco del encierro. Me siento feliz tejiendo al saber que esto toma otro significado al poder ayudar a otras”, dijo.

El grupo de internas también expresó su alegría por ayudar a sus pares en reclusión que viven  condiciones más difíciles. Las internas señalaron que el hecho de trabajar juntas por una misma causa, compartiendo la labor del tejido, ha mejorado incluso la relación entre ellas.

El Defensor Regional de Los Lagos, Francisco Geisse -quien también participó de la actividad en que ellas pudieron exhibir a las autoridades e incluso a los medios de comunicación su trabajo- destacó esta iniciativa.

“Fuera del aspecto solidario, esto es una muestra de compañerismo, ya que según nos expresaron las mismas internas, muchas de ellas no sabían tejer, especialmente las más jóvenes y las más adultas les enseñaron. Han tenido una experiencia de interacción muy rica y, al mismo tiempo, una expresión de que se puede seguir avanzando, que la rehabilitación es posible, pero que ello requiere que se invierta y que exista preocupación por ella”, dijo el abogado.

El jefe de esta unidad penal de Osorno, Pablo Bachmann,  valoró la motivación de las internas, en el sentido de que personas que se encuentran en similar condición de privación de libertad  también son capaces de ayudar ante la tragedia causada por el megasismo.

“Me siento realmente orgulloso de poder dar cuenta que las mujeres que están internas también tienen sentimientos y son capaces de hacer muchas cosas. Ellas han destinado parte de su tiempo en la confección de frazadas de lana para las internas de Chillán. Al interior de las unidades penales no sólo hay personas que están privadas de libertad, también nacen proyectos como éste”, sostuvo.

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