Sala de Prensa

02/06/2010

Garantías individuales: algo muy importante

La siguiente columna de opinión, escrita por el defensor local jefe de Copiapó, Eugenio Navarro, fue publicada el pasado domingo 30 de junio en el Diario Chañarcillo.

Luego del cambio político que ha operado en nuestro país, algunas voces plantearon su preocupación por el futuro de la Defensoría Penal Pública, habida cuenta que el tema de la seguridad ciudadana fue uno de las ideas fuerza en la campaña presidencial.

Hemos visto con satisfacción que los motivos de dicha preocupación de algunos se han disipado, por cuanto las nuevas autoridades han demostrado comprender el papel que juega este importante servicio público en un sistema democrático como el nuestro, e incluso han confirmado a doña Paula Vial en su cargo de Defensora Nacional y, es más,  destacados funcionarios de este servicio han sido designados en importantes cargos en la nueva administración, específicamente la señora subsecretaria de Justicia y el señor director nacional de Gendarmería.

Aquello nos satisface, porque creemos ver que se comprende a cabalidad el rol fundamental que en todo sistema democrático cumple un adecuado mecanismo que asegure a los justiciables el adecuado respecto a los derechos de las personas imputadas.

Sin perjuicio que se discutan modificaciones legales que tiendan a endurecer penas por ciertos delitos de mayor gravedad, estimamos que es del todo relevante  que se entienda que aquello de manera alguna puede significar un menoscabo a las garantías individuales que aseguran la Constitución, las leyes y tratados internacionales vigentes en Chile.

Naturalmente, la función de la defensa penal se encuadra dentro del marco legal que le entrega el ordenamiento  jurídico. Por ello, desde nuestra perspectiva, el eventual aumento de las penas que se pueda asignar a los delitos no  debería constituirse en un detrimento a las garantías de los imputados, e incluso ese posible aumento -para nosotros, que abrazamos esta noble labor de defensor-, más que disminuir nuestro ímpetu, por el contrario, sería un aliciente para esforzarnos aún más y, de paso, motivar que las decisiones de condena de los tribunales se funden adecuadamente en investigaciones policiales acuciosas.

El riesgo, a nuestro juicio, es que la búsqueda de una mayor sanción penal pueda conllevar un relajo en el respeto de las garantías individuales, porque aquel puede ser un camino sin retorno, que en muchos casos podría afectar no sólo a  los otros, los delincuentes, sino que a cualquier ciudadano que, siendo inocente, se vea envuelto en un conflicto de índole penal.

Por Eugenio Navarro G. Defensor Local Jefe Copiapó

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