Sala de Prensa

14/06/2010

Defensor Gabriel Carrión descarta juicio abreviado para imputado paquistaní

La defensa de Saif Ur Rehman Khan se prepara para el juicio oral, luego de que la Corte de Apelaciones confirmara la revocación de la prisión preventiva que lo afectaba.

El defensor Gabriel Carrión confía más que nunca en la solidez de su teoría del caso en la causa en contra del ciudadano paquistaní Saif Ur Rehman Khan. Insiste en que tras salir de cada una de las audiencias que ha tenido -tres ante el 4° Juzgado de Garantía y dos ante la Octava Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago- se ha fortalecido su convicción de que su imputado no sólo es inocente, sino que aquí simplemente no hay delito.

Es por ello que ante las consultas de la prensa sobre supuestos trascendidos de la fiscalía relativos a una eventual oferta de juicio abreviado, Carrión responde categórico: “Eso está absolutamente descartado. Nosotros vamos por la inocencia”.

Para la defensa de Rehman Khan la última audiencia ante la Corte de Apelaciones reafirmó el desperfilamiento de la causa contra su defendido. Aparte de que el Ministerio Público sólo lo ha formalizado por infracción a la Ley de Control de Armas y Explosivos, resolvió además no apelar a la resolución del juez Jorge Norambuena, que revocó la prisión preventiva contra Saif.

Respecto  de la insistencia del Ministerio del Interior –que sí apeló- Carrión resaltó el hecho de que el abogado ministerial, Sebastián Dal Pozo, haya recusado a Regina Clark,  abogado integrante de la Corte -que en fallo anterior rechazó la apelación de la fiscalía y el querellante. Se trata de una práctica desusada en la reforma procesal penal, que ni el Ministerio Público ni la Defensoría utilizan.

Carrión destacó también que a pesar de eso, los dos nuevos integrantes de la Octava Sala confirmaron la revocación de la prisión preventiva, y sólo votói en contra el presidente de la sala, magistrado Lamberto Cisternas, quien ya había resuelto en términos similares en la apelación anterior.

Hoy una de las preocupaciones de la defensa es lograr que las numerosas piezas de la causa -que la fiscalía mantiene en reserva- sean conocidas por todos los intervinientes. El defensor penal público cree en esos documentos no hay nada que acredite la existencia de un delito, ni menos la responsabilidad de su defendido.

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