Sala de Prensa

30/07/2010

DPP apoya difusión de disco de hip hop realizado por internos de la cárcel de Rancagua

"Voces del silencio" se llama el trabajo realizado por un grupo de reos, que incluye 10 temas cuyas temáticas son la vida carcelaria, la crítica social, la esperanza en la reinserción social y las ganas de retomar el rumbo de sus vidas.

“Se vuelven agobiantes las tardes entre tanto muro, rejas y alambres. Gotas de lágrimas que caen en silencio cuando comienza a tardar el paso del tiempo…” Así dice el primer tema con que el grupo “Voces del Silencio” presenta un trabajo al que sus cuatro integrantes han dedicado la misma cantidad de meses. Se trata de un CD con 10 canciones con músicas y letras hiphoperas, basadas en las experiencias de vida y pensamientos durante el cautiverio de cuatro internos de la Cárcel de Rancagua.

Los autores son Pablo Román, Pablo Bustamante, Domingo López y José Israel Pavéz, quienes además de cumplir sus respectivas penas, participan en la comunidad terapéutica “Camino a la Vida”, donde tratan sus adicciones a la droga y al alcohol.

Fue el Defensor Regional, Alberto Ortega Jirón, quien tras escuchar la interpretación de estos temas en una ceremonia intracarcelaria, decidió hacerse parte de este trabajo y postular este proyecto al 2 por ciento destinado a cultura del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR), con el objetivo de masterizar los temas -que ya fueron grabados por sus autores en un improvisado estudio al interior del penal- para distribuirlos luego en radios e instituciones donde esta música -y en especial este mensaje- sean un aporte.

“Para la Defensoría Penal Pública, la reinserción no es sólo parte del discurso. Es una realidad y por eso apoyamos un proyecto como el de estos jóvenes, que creen y están confiados en su trabajo. La idea es que con estos recursos podamos trabajar la masterización, la carátula y la distribución de unas 200 copias que pensamos hacer de este disco”, explicó Ortega.

“VOCES DEL SILENCIO” Pablo Román, uno de los cantantes, explica que el nombre del grupo - y del primer single -  tiene mucho que ver con la situación carcelaria que viven los integrantes, pues “nosotros estamos apartados de la sociedad. Sin embargo, gracias a nuestro trabajo podemos hacernos escuchar y plantear nuestros sentimientos, hablar de nuestras experiencias y – porqué no – transmitir un sentimiento de esperanza y optimismo”.

Paradójicamente para sus vidas, fue en la cárcel donde encontraron el espacio para desarrollar sus respectivos talentos musicales. Junto a un grupo de profesionales de la empresa concesionaria de la cárcel de Rancagua (Siges)  y el apoyo del Injuv lograron grabar profesionalmente 10 canciones, que a través del proyecto presentado por la Defensoría ahora pretenden dar a conocer al otro lado de los barrotes.

“Para nosotros es importante cerrar este ciclo, entender que somos capaces de terminar un trabajo serio y poder transmitir nuestras experiencias de vida, para que otros no cometan los mismos errores “, asegura José Israel Pavéz, uno de los autores del single principal.

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