Sala de Prensa

08/09/2010

Dos mujeres fueron absueltas de los delitos de parricidio y homicidio calificado por ser inocentes

Ambas sufrían de problemas mentales y el Ministerio Público no logró comprobar su participación en el delito, pese a lo cual estuvieron un año en prisión preventiva.

La madrugada del 21 de septiembre de 2009, en el sector “Agua Buena” de Chimbarongo, don Luis Rodríguez Aguilar murió a raíz de una anemia causada por heridas corto punzantes y múltiples fracturas. Como resultado del operativo policial posterior, cuatro personas relacionadas con el occiso fueron detenidas: su cónyuge, su hijo, su hija y la nuera.

Estas dos últimas mujeres fueron acusadas por el Ministerio Público de participar activamente en la muerte de Rodríguez Aguilar, propinándole golpes y facilitando las estocadas. También se dijo en ese momento que ellas habrían cooperado en la limpieza del sitio del suceso y que serían cómplices al ocultar algunas evidencias del asesinato.

Tras permanecer ocho meses en prisión preventiva en la Cárcel de Rancagua y otros tres meses en un centro de atención y reclusión de personas con trastornos mentales, las mujeres fueron absueltas por el Tribunal Oral en lo Penal de San Fernando, cuyos jueces consideraron que la fiscal Teresa Gaete no logró demostrar durante el juicio algún grado de participación de las imputadas en el asesinato de Luis Rodriguez.

INIMPUTABLES El fallo consideró las pericias sicológicas y siquiátricas presentadas por el defensor penal público Cristian de la Jara,  las que lograron establecer que ambas imputadas, Gloria Díaz Valdés (nuera de la víctima) y Gloria Rodríguez Molina (hija de la víctima) presentaban respectivamente cuadros de retardo mental y esquizofrenia que les impedían haber participado o acordado llevar a cabo tal crimen.

Para el Defensor Regional de O’Higgins, Alberto Ortega Jirón, “es particularmente en causas de este tipo donde el espíritu de la Defensoría Penal Pública se hace sentir. De hecho, esas mujeres en extremo vulnerables hallaron en nosotros su única posibilidad de justicia. Esto es, en un servicio que tiene por misión fundamental prestar apoyo a quienes son los más vulnerables del sistema penal”, aseguró.

Después de un año desvinculadas de sus redes familiares y sociales, y considerando sus problemas mentales, fue difícil encontrar a los parientes de ambas mujeres. Sin embargo, gracias a la gestión del defensor público a cargo de la causa y de los defensores Fabiola Ramirez y Sergio Henríquez, que actuaron como curadores, ellas ya volvieron a sus respectivos hogares y recibirán el tratamiento necesario para mejorar su calidad de vida.

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