Sala de Prensa

31/03/2011

Corte de Temuco revocó prisión preventiva a joven que llevaba un año preso

Hace casi un año, Sebastián Ovalle Garrido fue imputado por homicidio frustrado contra carabineros en servicio, pero la Corte validó las dudas planteadas por la defensa, en cuanto a que con las pruebas existentes no se podía presumir la existencia del delito.

Sebastián Ovalle Garrido difícilmente podrá olvidar la noche del 24 de marzo de 2010. Tras verse envuelto en un incidente con policías de Curacautín, en la Novena Región, esa madrugada el joven no sólo terminó detenido, sino que a partir de ahí pasó prácticamente un año en prisión preventiva, imputado por homicidio frustrado contra carabineros en servicio, delito por el que arriesgaba una condena de hasta diez años y un día de presidio. Afortunadamente, su pesadilla empezó a quedar atrás durante la mañana de ayer, cuando la Corte de Apelaciones de Temuco revocó la medida cautelar que pesaba en su contra –impuesta inicialmente por un tribunal militar de Angol y luego confirmada por la jueza de garantía de Curacautín, cuando la causa fue traspasada a la justicia ordinaria- y la reemplazó por arresto parcial nocturno, firma quincenal en el Ministerio Público y arraigo nacional.

El abogado Ricardo Cáceres Setien, Defensor Local Jefe de la Defensoría Penal Mapuche de Temuco, explicó que los hechos se desencadenaron luego de que carabineros de la tenencia Lonquimay descubrieron al joven caminando ebrio, por lo cual le efectuaron un control de identidad.

VERSIONES CONTRAPUESTAS A partir de ahí las versiones difieren, porque Ovalle dijo después que tras el control volvió a las dependencias policiales para recuperar un morral de su propiedad, pero los policías dijeron que volvió con un hacha y amenazó directamente con agredirlos, por lo que salieron en su persecución y finalmente lo detuvieron, dejándolo a disposición de la Fiscalía Militar de Angol, instancia que decretó su prisión preventiva en la cárcel de Curacautín.

Como prueba, los policías expusieron un bastón retráctil que aparentemente había sido destruido por acción de un hachazo del joven contra ellos. Sin embargo, la defensa sostuvo que la investigación contenía una serie de falencias, a partir de las cuales no se podía presumir la existencia del delito.

“De hecho, un perito de la PDI informó que el bastón pudo romperse por acción de una fuerza de palanca y no por un golpe. Además, si bien la constatación inicial de lesiones no reflejó daños físicos en el imputado, el propio informe del fiscal militar consignó la presencia de una lesión en forma de franja y de color rojizo en las piernas de Sebastián”, aclaró Cáceres.

TESTIGO CLAVE Según el defensor, clave en la decisión de la Corte fue una declaración jurada enviada por una testigo presencial de los hechos. Se trata de una mujer de Concepción que justo ese día esperaba a un sobrino en las cercanías y tras escuchar carreras y golpes contra alguien, observó cómo los carabineros introducían al joven al furgón policial, en momentos en que éste se mostraba completamente conmocionado.

“En ese momento los policías le pidieron que los ayudara a buscar el hacha del supuesto agresor, pero no la encontraron. Al día siguiente, la mujer siguió buscando y la encontró a unos 25 metros del lugar de la detención, lo que indica que mi cliente no estaba armado al momento de ser aprehendido”, sostuvo Cáceres.

El abogado explicó que hoy se producirá la ‘audiencia de apercibimiento de cierre’, trámite que él solicitó una vez que se cumplió el plazo fijado por la fiscalía para investigar este caso, que fue traspasado desde la justicia militar a la civil en febrero pasado.

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