Sala de Prensa

16/02/2011

Exposición mediática de imputados

La siguiente columna de opinión fue escrita por el Defensor Regional de Aysén, Juan Carlos Rebolledo Pereira.

Una de las grandes ventajas del actual sistema procesal penal es la publicidad del procedimiento: atrás quedaron las investigaciones secretas y hoy cualquier persona puede presenciar audiencias de formalización de investigación, suspensiones del procedimiento, acuerdos reparatorios y juicios orales. De esta manera, cualquier persona -esté o no relacionada con el caso, con la víctima o el imputado- puede presenciar el modo en que se ejecuta la justicia penal en nuestro país. Esta característica de la reforma procesal penal ha permitido que la prensa difunda en nuestra sociedad los casos más llamativos, facilitando que la gente se familiarice con los procedimientos del actual sistema procesal penal, conozca a quienes se sindican como  víctimas, testigos e imputados. Sin duda, como Defensoría Penal Pública destacamos esta labor. Sin embargo, hay un aspecto que nos preocupa y que siempre hemos hecho presente. Esto es la exposición mediática de los imputados e imputadas. Y es que cuando una persona es detenida o formalizada en calidad de imputada, este hecho no significa que la persona sea culpable, sino que se la investigará para ver su grado de participación en un hecho punible (si es que la hubiera). Muchas veces se ha dado el caso de que imputados han sido  absueltos de los delitos que se les sindicaban. Sin embargo, el mostrar sus rostros en audiencias y, peor aún, en el momento en que son escoltados por policías para ingresar a un vehículo policial, genera un daño irreparable en la dignidad de esa persona, que pudiera ser inocente de los hechos que se le imputan. Creemos firmemente en la libertad de prensa, y es por eso que jamás nos hemos opuesto a la presencia de prensa en las audiencias, pero también creemos en el respeto a los derechos de todas las personas y, en este caso en particular, del derecho al respeto de la dignidad de imputados e imputadas. Una vez que el tribunal ha fallado, entonces se puede hablar de culpables o inocentes y en ese contexto exhibir los rostros e identidades de los protagonistas, cuidando de respetar la intimidad de quienes pudieran ser o sentirse más vulnerables. Antes de ello puede resultar atentatorio contra el tipo de sociedad a la que aspiramos. Por Juan Carlos Rebolledo Pereira, Defensor Regional de Aysén.

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