Sala de Prensa

17/08/2011

En el valle de Elicura conocieron la labor de la Defensoría

En una sala del cuerpo de Bomberos de Calebu y junto al mate y las sopaipillas, los vecinos tuvieron su primer contacto con la Defensoría tras una visita de los encargados de la oficina local de Cañete.

Contulmo es una de las siete comunas de la provincia de Arauco y son varios los aspectos que le dan un valor particular. Uno es el lago Lanalhue, cuyas localidades cercanas muestran una clara influencia de colonos alemanes. Otro es el valle de Elicura (‘piedra transparente’ en mapudungun). Todas cualidades que, sumadas a la lejanía de Concepción -la capital regional, situada a 170 kilómetros- la hacen única.

Uno de los sectores de esta comuna es Calebu, localidad hasta donde llegaron el Defensor Local Jefe de Cañete, Pablo Ardouin, y Angela Morales Carimán, una de las facilitadoras interculturales de la Defensoría Regional del Biobío, para participar de una ‘mateada’ que tenía como único propósito dar a conocer a los vecinos de este aislado sector la existencia de la Defensoría Penal Pública y entregarles detalles de su misión.

CON SOPAIPILLAS Once fueron los asistentes que desafiaron el inestable clima invernal que se vive en el límite del Biobío con la región de La Araucanía, concurrencia que puede parecer modesta, pero que en zonas rurales como éstas, tan lejanas de los centros urbanos, es casi una multitud, sobre todo para un primer contacto.

Por eso llevar hierba mate y harina para las sopaipillas era una obligación, una forma de iniciar la incorporación de la institución al ‘consciente colectivo’ de los integrantes de la junta vecinal N° 3 de Calebu.

Con una presentación especialmente diseñada para ellos, Pablo Ardouin explicó a su auditorio qué es la persecución penal, por qué es necesaria la existencia de una Defensoría Penal Pública, el lugar donde se encuentra la oficina y quiénes la integran. Con ejemplos muy sencillos les ilustró cómo un problema de deslindes con un vecino, la disputa por la propiedad de un animal o un problema con un familiar puede transformarse en un conflicto legal de carácter penal.  

La manera didáctica en que se expusieron estas pequeñas realidades a los vecinos fue agradecida por los asistentes, quienes ya habían conocido a Angela Morales Carimán, una de las dos facilitadoras interculturales de la DDP en la región, quienes son fundamentales en el rol de acercar y explicar a la comunidad la misión de la Defensoría Penal Pública, tarea que ha traído consigo una valoración positiva no sólo para el trabajo en terreno que realiza la institución, sino también para la credibilidad de la DPP.

Al finalizar la actividad, los profesionales de la DPP aprovecharon de visitar una comunidad indígena del sector, a fin de estrechar y reforzar los vínculos con las autoridades tradicionales.

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