Sala de Prensa

15/11/2011

Violencia intrafamiliar (VIF), recursos y denuncia responsable

La siguiente columna de opinión, escrita por el Defensor Regional del Maule, fue publicada hoy en diario El Centro de Talca.

Nadie puede estar en desacuerdo con los duros epítetos que en las campañas de prevención del Gobierno le son atribuidos a los golpeadores de mujeres. A ellos podemos agregar a los que agreden sin motivos y en exceso a niños e incluso a los ancianos dentro de las cuatro paredes del hogar.

Sin perjuicio de ello, luego del ‘trasvasije’ de la justicia civil -en la cual se radicaba el conocimiento de estos temas en la Ley 19.325- a la justicia penal, a través de la actual Ley 20.066, se deben tomar ciertos resguardos en atención a la decisión político criminal adoptada, en orden a tramitar las denuncias en juzgados con competencia criminal, con las consecuencias insospechadas que ello trae naturalmente aparejado, y las otras implicancias que en la familia -nuestro núcleo fundamental- se producen.

En primer término, y en lo que dice relación con la seriedad de la denuncia, podemos ver, con la tranquilidad que nos da la experiencia de haber tramitado este tipo de causas por largos años, que más de la mitad (siendo generosos) se ‘desinflan’ con el correr de las horas, y vemos cómo quienes han puesto, horas antes, en movimiento la maquinaria punitiva del Estado, agrediéndose ya sea verbal o físicamente, llegan al tribunal de la mano y tan ‘amigos’ como siempre.

Los especialistas me dirán, con toda razón, que aquello no es más que una etapa del llamado ‘ciclo o círculo de la violencia’, la ‘luna de miel’. Pero, tan cierto como aquello es que la propia ciudadanía pide que se utilicen los recursos -siempre escasos- para esclarecer los delitos de más alta ‘connotación social’ -que no son las peleas a garabatos en la casa- y que no se dilapiden o mal utilicen en una causa en que las partes involucradas solicitan al propio fiscal o defensor e incluso al juez que todo quede hasta allí, es decir sin sentencia.

Y es así, ya que estamos en un Estado pobre, en que no nos podemos dar el lujo de malgastar horas hombre, léase policías, fiscales, defensores, jueces, gendarmes, personal del juzgado, etc.

No estoy diciendo que tales actos no requieren de cuidado, pero la respuesta a un problema de este tipo no es única, y pongo en duda que para los casos más leves la herramienta penal haya dado buenos resultados, las cifras están a la vista.

Por ello, se requiere dar otro tipo de respuestas a este problema, desde la política social, de salud mental, educacional, vecinal, etc. Pero recurrir -como siempre y para todo- a la justicia penal es un error y, además, un error bastante caro.

Por José Luis Craig Meneses, Defensor Regional del Maule.

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