Sala de Prensa

19/12/2011

Las dificultades de la defensa penal en el sur de Chile

Calbuco y Maullín, en la Región de Los Lagos, son comunas pequeñas y alejadas, pero al igual que en el resto del país, la Defensoría Penal Pública trabaja allí para proporcionar a sus habitantes defensa penal de calidad.

Si todos los habitantes de Maullín y Calbuco quisieran ir a ver un partido de Colo-Colo en el estadio Monumental, podrían completar su capacidad y sólo quedarían dos mil vecinos afuera. Estas dos comunas de la Región de Los Lagos no destacan por ser grandes urbes (Maullín tiene 15 mil y Calbuco 30 mil habitantes, aproximadamente), pero al igual que en el resto del país ocurren hechos que son catalogados como delitos y en estos casos las personas que son investigadas tienen derecho a ser defendidas.

Bien saben de esto Héctor Hernández Ojeda y su hijo, José Hernández Gallardo. Estas dos personas fueron sobreseídas por el Juzgado de Letras de Maullín cuatro meses después de que el Ministerio Público los formalizara como autores de homicidio en un hecho ocurrido el 19 de junio de 2010.

Héctor y José fueron detenidos luego de que ambos reconocieran haber matado a una de las cuatro personas que entraron a su casa para robarles. Tras la intervención y las gestiones realizadas por el defensor penal público de Maullín y Calbuco, Gonzalo Castro, y por el Defensor Regional de Los Lagos, Francisco Geisse, ante el juzgado y la Corte de Apelaciones, ambos fueron sobreseídos tras demostrarse que actuaron en legítima defensa.

Este tipo de hechos no son muy comunes en Maullín, ciudad en la que en general ocurren sólo delitos menores y otros relacionados con el consumo de alcohol. Así lo explica el defensor licitado Gonzalo Castro. “En Maullín hay un importante número de conducciones en estado de ebriedad, lesiones, amenazas y robos. No obstante, también son relevantes delitos sexuales como abuso sexual y violación.  En contados casos ocurren homicidios u otros hechos violentos, generalmente relacionados con el consumo de alcohol”.

MAULLÍN Y CALBUCO A grandes rasgos, Maullín (ubicada a 75 kilómetros al suroeste de Puerto Montt) es una pequeña ciudad conformada por personas dedicadas en su mayoría a la agricultura y a la pesca. Durante los últimos años también se han ido sumando empresas relacionadas con el turismo, los cuales desean explotar la belleza natural de la ribera del río Maullín, santuario privilegiado para los observadores de aves.

De hecho, muchos turistas extranjeros viajan hasta San Francisco Javier de Maullín (nombre original con el que la ciudad fue fundada en 1790) para verlas y para conocer la playa Pangal, ubicada a 4 kilómetros del centro de Maullín, a orillas del océano Pacífico.

Calbuco, en tanto, con el doble de población, es una ciudad atípica. Para empezar, es una isla (situada a 56 kilómetros al sur de Puerto Montt), pero que está unida al continente por un piedraplén construido en 1965. Su territorio está conformado en total por 14 islas y hace 408 años fue fundada bajo el nombre “Real Fuerte San Miguel”, siendo ocupada como refugio para los españoles que huían de Osorno.

Calbuco (del mapudungun kallfüko: agua azul) actualmente es una ciudad que crece sustentada en industrias relacionadas con la pesca y la acuicultura, y posee una gran cantidad de población flotante gracias a los trabajadores de la industria salmonera. Este crecimiento también conlleva la aparición de delitos como el tráfico de drogas, que hasta hace unos años eran muy poco comunes. 

“En Calbuco, al igual que en Maullín, son comunes los delitos asociados al alcoholismo. Vale decir, conducción en estado de ebriedad, lesiones y amenazas en contexto de violencia intrafamiliar. Pero ahora también se dan casos de microtráfico, los que nunca se dan en Maullín”, agrega Gonzalo Castro.

La misma mirada tiene la defensora de la zona, Silvana Schafer, quien agrega que muchas veces deben defender a imputados que no comprenden muy bien lo que están enfrentando y cuáles serían las posibles consecuencias que arriesgan. Esto -según Castro- se debería al analfabetismo que afecta a la población mayor de 60 años y a que los menores generalmente tienen un bajo nivel de escolaridad.

DISPERSIÓN Otra dificultad, que a veces acarrea consecuencias judiciales, es la alta dispersión geográfica de Calbuco, comuna que además de presentar lugares en los que no hay teléfonos o que tienen caminos en muy mal estado (como en Maullín) suma la natural separación de sus 14 islas (ubicadas al interior del estuario Reloncaví) a las que sólo se puede llegar tras varias horas en lancha.

 “Las personas son muy difíciles de ubicar. Por lo general desaparecen y dejan teléfonos que son difíciles de contactar. Esto implica muchas veces tener que pedir la suspensión de audiencias para poder lograr la entrevista con tus representados”, explica Silvana Schafer.

A pesar de estas dificultades, los defensores penales públicos Gonzalo Castro y Silvana Schafer diariamente representan a sus imputados en las audiencias y los atienden en las oficinas, instaladas en calle José Miguel Carrera 129 de Calbuco, para cumplir con la misión de la Defensoría de prestar defensa penal a quien la necesite y, como lo demuestran estos ejemplos, sin importar en qué lugar del país se encuentre.

  • subir
  • imprimir
  • volver