Sala de Prensa

26/12/2011

Georgy Schubert asistió a celebración del Janucá en La Moneda

La "Fiesta de las Luces" convocó a distintas autoridades en el palacio de gobierno para esta festividad oficial judía, que recuerda el triunfo de los macabeos sobre los helenos, en el siglo II a.C.

El Patio de las Camelias está engalanado. A un costado, el coro aguarda a que comience la actividad, mientras al otro, los voluntarios de la Quinta Compañía de Bomberos de Ñuñoa (“Bomba Israel”) alistan sus trajes de ceremonia. Están allí los ministros Rodrigo Hinzpeter, Andrés Chadwick y Cristián Larroulet, los senadores Guido Girardi, Mariano Ruiz-Esquide, Francisco Chahuán y Lily Pérez, junto a los diputados Iván Moreira y Gabriel Silber, entre otros.

También están el Defensor Nacional, Georgy Schubert; el fiscal nacional, Sabas Chahuán; el contralor general de la República, Ramiro Mendoza; el presidente del Tribunal Constitucional, Raúl Bertelsen, y la intendenta metropolitana, Cecilia Pérez, entre otros. Todos reciben el tradicional kippáh que los judíos calzan sobre sus cabezas para ceremonias de este tipo.

Es el inicio de la festividad religiosa judía de la Janucá (Hanookah o “Fiesta de las Luces”), que por segundo año consecutivo se celebró oficialmente en el Palacio de La Moneda, convocando no sólo a autoridades e invitados de todos los poderes del Estado, sino a muchos representantes de la colectividad judía en Chile, incluyendo al presidente de su Comunidad, Shai Agosin. La Janucá se celebra durante ocho días y conmemora la derrota de los helenos a manos de los macabeos, lo que permitió la recuperación de la independencia judía y del templo de Jerusalén en el siglo II a.C.

Tal como lo explicaron durante la ceremonia, la tradición judía recuerda este hito como un milagro, pues el candelabro del templo pudo encenderse durante ocho días consecutivos con una exigua cantidad de aceite, que sólo alcanzaba para una jornada. Por ello, esta festividad supone encender, en forma progresiva, un candelabro de nueve brazos llamado januquiá, cada uno de los cuales recuerda un día de la festividad, más el brazo guía.

En el contexto de la ceremonia hubo dos discursos centrales, uno a cargo de Shai Agosín -quien destacó “la actual revolución mundial en defensa de los derechos y en contra de la inequidad”- y otro en manos del ministro Larroulet, quien destacó la importancia que tiene para el gobierno que La Moneda acoja distintas expresiones religiosas, por lo que anunció que además de los capellanes católicos y evangélicos que ya existen en Palacio, próximamente se sumará un rabino judío a ese grupo.

DEDICATORIAS Aprovechando la simbología de cada uno de los días de esta festividad, cada vela es encendida por invitados representativos más un rabinop. Así, la primera vela, dedicada a los gobernantes de Chile, es encendida por los ministros Hinzpeter, Chadwick y Larroulet. La segunda, que dedica esperanza a todas las personas que sufren oscuridad, indigencia o enfermedad, es encedida por Lily Pérez y Gabriel Silber.

Un grupo de rabinos enciende la tercera vela, dedicada a destacar el valor de la diversidad en Chile, mientras que representantes de las fuerzas armadas encienden la vela dedicada a los docentes de Chile. La quinta vela, que simboliza un compromiso por construir un mundo mejor, es encendida por Sabas Chahuán, Raúl Bertelsen y Ramiro Mendoza.

El sexto testimonio es encendido por un grupo integrado por un capellán, un obispo y un rabino y se dedica a los religiosos de todas las congregaciones, para que la luz los inspire a promover la unión y la fraternidad. La séptima vela, encendida por los embajadores en Chile de Estados Unidos, Reino Unido e Israel, se dedica a quienes persiguen ideales o defienden valores. La última vela, finalmente, es encendida por la intendenta junto a representantes de la comunidad judía, para homenajear a las familias y a las mujeres de Chile.

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