Sala de Prensa

05/03/2012

“Cualquier persona puede terminar el día siendo imputada por un delito”

Fuga en Talagante y actuación de la Defensoría

La siguiente columna de opinión, escrita por la Defensora Local Jefe de Talagante, fue publicada por el diario El Labrador de Melipilla.

Siendo aproximadamente las 15 horas de un domingo del mes de enero de 2012, una noticia alertó a la Defensoría de Talagante. Había un motín, precedido por una supuesta fuga de varios internos. La situación era compleja y las noticias eran confusas, situación que -como luego pudimos comprobar- tenía muy acongojados a los familiares de los internos y, seguramente, a quienes estaban al interior del recinto.

Durante la tarde y  mientras en el interior de la cárcel actuaba el equipo antimotines de Gendarmería, fuera de ella se producían serios incidentes, particularmente entre quienes se congregaron allí y  Carabineros de Fuerzas Especiales (con ‘guanaco’ y  todo, como nunca se había visto en Talagante).

Así, la Defensoría se hizo presente en el recinto penitenciario a las 19 horas, conversando con algunos familiares que estaban en el exterior y pidiendo luego una entrevista con las autoridades del recinto carcelario. Nuestra visita se extendió -en esta parte- por más de dos horas y esta Defensora Local Jefa de Talagante pudo interiorizarse de la situación en que se encontraba la población penal (617 personas privadas de libertad), dentro de la cual había 131 imputados que son representados por la Defensoría Penal Pública.

Respecto de la fuga, Gendarmería informó que tres personas habrían protagonizado este hecho. Uno de ellos se habría fugado, siendo detenido en las cercanías del recinto por los mismos gendarmes; otro habría resultado herido a bala en una de sus piernas en la “línea de fuego” -siendo detenido en el muro perimetral exterior de la cárcel- y el último, lamentablemente, habría resultado herido en su cabeza en la “línea de fuego”, falleciendo producto del disparo.

Recién pasada las 21 horas de aquel domingo la tranquilidad se posó fuera de la cárcel, pero la Defensoría Penal Pública recién comenzaba un largo trabajo, que implica estar alerta respecto de la situación de régimen interno que se impondría a quienes estaban privados de libertad en ese recinto. En esta tarea fue apoyada por la defensoría penitenciaria, verificando que los internos -en general- se encontraban en buen estado.

En paralelo, se asumía en terreno la defensa de dos gendarmes, quienes pasaban a ser imputados por la Fiscalía. Tal circunstancia y cumpliendo las directrices de la Defensoría penal pública, fue debidamente reconocida por las autoridades del penal. En la práctica, quedó claro que ellos también pueden ser imputados y reciben idéntica atención que la que se entrega a cualquier persona.

El corolario de esta historia real da cuenta que se trató de un día particularmente especial, en el cual por una parte logramos desarrollar un trabajo profesional como equipo y, por la otra, también quedó muy claro que cualquier persona puede terminar el día siendo imputada por un delito, recibiendo en tal caso la atención digna y profesional que proclamamos efectuar a diario.

Y ello, sin perder de vista que tenemos una preocupación  especial -no excluyente- por los internos que han de cumplir sus privaciones de libertad, a efectos de que tal privación sea en el marco del derecho y del respeto a la dignidad de las personas.

Por Mitzi Jaña Fernández,
Defensora Local Jefa de Talagante.

 

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