Sala de Prensa

06/07/2012

Columna de opinión:

Defensa penal pública de calidad

El siguiente artículo, escrito por el Defensor Regional de Valparaíso, Eduardo Morales Espinosa, fue publicado ayer en el diario El Mercurio de esa ciudad.

La Defensoría Penal Pública tiene por finalidad proporcionar defensa penal a los imputados o acusados por un crimen, un simple delito o una falta,  que carezcan de abogado.

Este cometido es esencial para el funcionamiento del sistema de justicia que impera en el país. La solución del conflicto penal a través de la sentencia adquiere legitimidad si se funda en la evidencia y en los antecedentes aportados por las  partes que se confrontan en un procedimiento oral y público.  La actividad del defensor, que controvierte la pretensión del fiscal, es uno de los pilares de esa legitimidad de las sentencias y del propio sistema de justicia. 

El cumplimiento de esta misión impone a la Defensoría un doble desafío. Por una parte, debe asegurar que en todas las audiencias y diligencias que se realizan en los procedimientos penales siempre haya un abogado defensor y, por la otra, tiene la obligación de garantizar que la asistencia legal brindada sea de calidad, esto es, que sea adecuada a las complejidades de la causa y a las necesidades e intereses de las personas que requieren sus servicios.  No basta la presencia física de un abogado en cada audiencia, es imprescindible que ese abogado preste una atención de calidad.

Puesto que la Defensoría Penal Pública asiste a más del 90 por ciento de las personas imputadas, cada defensor debe hacerse cargo de cientos de casos simultáneamente. Todos ellos deben atenderse diligentemente, sin reducir la calidad de los servicios. Este es un desafío nuevo en la cultura jurídica chilena, que impone a los defensores aprendizajes y cambios permanentes, que les exige flexibilidad e innovación. 

Por esta razón, la labor de la Defensoría en los últimos años ha estado marcada por el esfuerzo de encontrar y aplicar a sus tareas herramientas de apoyo técnico y de administración, que le permitan entregar asistencia jurídica de calidad a todas las personas que la requieran o necesiten, en una situación de masividad e incremento de la demanda que se debe satisfacer.

En el periodo de instalación del nuevo procedimiento penal y de la Defensoría Penal Pública, quienes formábamos parte de ella  encontramos en el lema “Sin defensa no hay justicia” la síntesis de la motivación que nos impulsaba, del espíritu pionero que hacía falta para promover esos cambios históricos.  Ahora, cuando la etapa fundacional ha terminado, esa misma frase resulta adecuada para recalcar que sólo una defensa de calidad es garantía de justicia. Defensa de calidad que requiere, además de competencias y conocimientos  jurídicos, crecientes habilidades de gestión.

Por Eduardo Morales Espinosa,
Defensor Regional de Valparaíso.

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