Sala de Prensa

15/11/2012

Eloy Huanca, de 63, recuperó inmediatamente su libertad

Absuelven a trabajador aymara tras pasar 15 meses en prisión preventiva

Lo acusaban de ser dueño de un millonario cargamento de droga, pero la defensa penal pública logró aclarar su caso en el juicio oral por tráfico.

Un humilde cargador aymara, de esos que se ganan la vida transportando sacos de mercadería en las espaldas, pasó 15 meses encarcelado en Arica antes de ser declarado inocente de narcotráfico. Eloy Huanca, de 63 años, vivió esa experiencia hasta que el defensor penal público Antonio Raveau logró probar las incongruencias de la acusación, por lo que los jueces unánimemente decretaron su libertad.

El caso significó también la condena de un chileno pastor de llamos, quien en julio del año pasado estableció contacto para ingresar a Chile 30 kilos de pasta base. La droga fue interceptada por agentes encubiertos de la PDI, aunque su propietario habría regresado a Bolivia sin ser detenido.

En el juicio oral se mencionó que esa persona, de quien sólo se sabe que se apellida Mamani, contrató al cargador para que trasladara una carga caminando desde la zona de Charaña (Bolivia) hasta las cercanías de Guacoyo, localidad chilena ubicada en la frontera.

“Para establecer la verdad en este caso fue muy importante que el tribunal reconociera la simple y clara verosimilitud que tenía la versión de Eloy Huanca, un esforzado trabajador aymara que apenas maneja el nivel más básico del idioma español. A él lo contrataron para llevar un saco a la espalda y los acusadores lo presentaron como uno de los dueños de un millonario cargamento de droga, cuando lo único que él esperaba era que le pagaran los 2 mil 500 pesos que pide habitualmente por su sacrificado oficio”, explicó el Raveau.

FACILITADORA INTERCULTURAL
El defensor público agregó que la facilitadora intercultural de la Defensoría Regional de Arica y Parinacota, Inés Flores, tuvo el mérito de vencer las barreras idiomáticas y culturales del cargador, con quien logró comunicarse y traducir para el tribunal su versión de los acontecimientos.

“Esa intervención, reforzada con una pericia realizada por una antropóloga, clarificaron a los jueces la verdadera participación que tuvo Eloy Huanca en los hechos”, remarcó el abogado.

Raveau valoró que el tribunal acogiera el enfoque intercultural aplicado en este caso, en que una persona de claro origen y entorno cultural aymara se ve enfrentado a una experiencia que no comprende totalmente y en la cual no comete ningún ilícito.

“Él sólo entendía que tenía que echar a sus espaldas un saco de mercaderías y cobrar por eso, labor ancestral mediante la cual siempre se ha ganado la vida honradamente en el altiplano”, concluyó Antonio Raveau.

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