Sala de Prensa

06/12/2012

Columna de opinión:

Otra mirada a las causas de la criminalidad

El siguiente artículo, escrito por la jefa de Estudios de la Defensoría Regional de Antofagasta, fue publicado el pasado martes 4 de diciembre en El Mercurio de esa ciudad.

Entender las causas por las cuales se comete un delito resulta una tarea nada fácil. son Algunas de las hipótesis que se pueden manejar van desde la simple voluntariedad de cometer un hecho ilícito -motivado por razones económicas o sociales- o simplemente por haber crecido en un entorno en que el delito no resulta reprobado socialmente.

Sin entrar a ese debate, lo que sí está claro es que existe una clara relación entre el consumo de drogas y la delincuencia. No se trata de señalar que todos aquellos que consumen drogas están predispuestos a delinquir, sino que lo que se ha evidenciado es la relación entre aquellos que tienen un serio problema de consumo de sustancias estupefacientes ilícitas y la comisión de delitos.

Es que la drogadicción -esto es el consumo problemático de drogas- logra apartar a una persona de su entorno social y le entrega menos herramientas, por ejemplo, para integrarse en una comunidad.

Desde ese punto de vista, no es de extrañarse que en otros países existan -en materia penal- las Cortes de drogas, que son tribunales de tratamiento para enfrentar los delitos relacionados con las drogas, o bien cometidos por personas que enfrentan dicha dependencia, con la intención de combatir el problema subyacente, cual es la dependencia y sus consecuencias.

Los tribunales de tratamiento de drogas son -ante todo- tribunales penales, que se ocupan de los delitos y de los imputados cuya acción delictual está vinculada al consumo excesivo de drogas. El tribunal se ocupa de la derivación de los adictos a programas de tratamiento y rehabilitación. En general, en los países donde se aplican el proceso penal tradicional se suele mantener en suspenso hasta que se completa satisfactoriamente el programa.

El acceso a este programa es voluntario, requiere del acuerdo del imputado para que el juez lo decrete y de una adecuada coordinación entre jueces, fiscales, defensores y proveedores de tratamiento, a través de audiencias periódicas. En Chile existe el proyecto de “Tribunales de Tratamiento de Drogas para infractores bajo supervisión judicial”, que se ha desarrollado primero a través de experiencias piloto, buscando instalarse en todo el país, en la medida de lo posible.

No deja de ser un desafío aplicar esta nueva forma de hacer justicia. En Chile las Cortes de drogas tienen, por el momento, un ámbito limitado, ya que no se trata de intervenir respecto de todos los delitos, sino de aquellos de poca lesividad, y sólo a personas que no hayan intervenido previamente en un delito.

La idea sería ir avanzando en la utilización de estos mecanismos, pues representan una ayuda real a personas que tienen un grave problema que los ha llevado a delinquir. Al mismo tiempo, no se les deja solos, sino que se les acompaña durante todo el proceso de rehabilitación, que si fracasa implica imponer la sanción penal, pero que si resulta un éxito, la persona tiene una real oportunidad de no volver a delinquir, pues se ha librado del flagelo que significa ser drogadicto/a.

Por Loreto Flores Tapia,
jefa de Estudios Defensoría Regional de Antofagasta.

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