Sala de Prensa

21/02/2013

Columna: “Charcha” un buen adjetivo para las redes sociales

El siguiente artículo, escrito por el Defensor Regional de O’Higgins, Alberto Ortega, fue publicada hoy en el diario El Rancaguino.

Plagio desde el comienzo de una columna de don Manuel Riesco en el diario electrónico “El Mostrador” la definición de un chilenismo que hace mucho ya no escuchaba, tal vez porque está en franco desuso, me refiero al termino “charcha”: Dícese del objeto o condición de mala calidad, mediocre o a mal traer, según un “diccionario de modismos chilenos,” Proviene de “chalcha", término con que en Chile se llamaba la acumulación de grasa en el vientre de los animales y en Honduras denomina la carnosidad que cuelga debajo de la garganta de gallos y gallinas. Fea y ordinaria la palabreja, comenta Riesco.-

Charcha parece hoy apropiado para calificar en lo que se ha convertido el uso general de las redes sociales: Facebook, Twitter, Youtube, los posteos en diarios y páginas electrónicas, esto es, un insufrible cúmulo de vulgaridades, exhibición de bajeza lingüística y ostentación de ignorancia, incultura, y exhibicionismo de lo políticamente incorrecto.

Por cierto, que tanta vehemencia en el comienzo de mi columna le parecerá exagerada, pues bien permítame un ejemplo.

Hace una semana un cachorro fue lanzado desde un piso elevado del centro comercial Cobrecol y muere ante la mirada atónita de los transeúntes, quienes por cierto reaccionan con la natural indignación que usted o yo podemos sentir por un animal inocente y, aún más, por un perrito que es la imagen viva de la devoción y el amor encarnada en un ser vivo.-

Un grupo de “indignados” se lo toma enserio y - como hubo detenidos - las emprende en contra de los presuntos responsables con actos violentos y clamor por un linchamiento público.

Un momento de rabia pública y sicosis colectiva son comprensibles desde el punto de vista de la sociología, pues los grupos humanos en festivales, estadios o en ritos religiosos pueden tener esa reacción. Pero, en este caso la tontera no se detiene.

El defensor penal de la causa nos señala que tiene la certeza de que las personas detenidas no tuvieron ninguna participación en los hechos y puede probarlo. Señala que estaban en un lugar en que es imposible que pudieran lanzar nada y que los registros de video del centro comercial lo avalan.

Es decir, cabe la posibilidad de que los “cerdos asesinos” como le han calificado en las redes sean tan culpables como usted o yo de la muerte del animalito.

¿Importará esto a los talibanes de las redes sociales?, ayer de rebote en mi Facebook apareció la fotografía del menor detenido con su nombre, su dirección y el colegio en que estudia en mi comuna. Obviamente que acompañado de unas cuantas groserías que el autor del posteo se dio la libertad de proferir y las amenazas y demás vulgaridades que sus seguidores consideraron de justicia.

¿Y si fuera inocente? o bien, que pasa con la norma legal que exige que: “nadie debe ser considerado como culpable y tratado como tal en tanto no fuera condenado por una sentencia judicial”.

En el año 2012, cuarenta y cuatro ciudadanos de esta región estuvieron por largo periodo en la cárcel sólo para oír que una sentencia les declaraba inocentes de los delitos que se les atribuía. Volvieron a sus casas enfermos, pobres y sin una comunidad que les acogiera, pues en muchos casos en las redes sociales hubo algunos “posteadores” que se encargaron de quitarles lo único que de verdad le vale en definitiva a un ser humano, su nombre y su honra.

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