Sala de Prensa

21/03/2013

Columna de opinión:

Ni puerta giratoria, ni tolerancia cero

El siguiente artículo, publicado el pasado martes 19 en diario El Centro de Talca, fue escrito por el Defensor Regional del Maule, José Luis Craig.

Sabida es nuestra tendencia pendular, que se manifiesta en variadas situaciones a nivel país, convirtiéndose en casi una característica nacional. Ejemplos sobran en el deporte, la política, la religión, etcétera. Así, un día estamos en la más extrema izquierda del péndulo, y al otro al extremo opuesto.

Obviamente que en todo orden de cosas esta forma de ser chilensis no es la mejor característica de la cual podamos ufanarnos.

En materia penal también hacemos gala de aquello, lamentablemente. Así, un día nuestro sistema es excesivamente permisivo con las personas que cometen muchos delitos -de poca monta, la mayoría de las veces- y por ello, todos los operadores del sistema son mal evaluados.

Pero al día siguiente es detenido y formalizado un familiar, un  conocido o un amigo -como fue el caso de un famoso animador de televisión-, aplicándosele medidas cautelares que al parecer no ameritaba, y otra vez son mal evaluados todos los operadores del sistema penal.

Si asumimos que ambos tipos de casos son extremos, debemos analizar qué pasa en la gran mayoría de los casos que podemos calificar como normales. Al parecer, no hay crítica alguna en torno a la forma de operar del sistema en cuanto al avasallador 95 ó 98 por ciento de los otros casos.

Sin embargo, si algo nos ha quedado claro luego de las recientes detenciones de ciudadanos conocidos tanto a nivel país como a nivel regional, es que cualquier persona, sin importar su rol en la sociedad -sea famosa o de bajo perfil, con medios económicos o modesta, profesional o de su casa, con uniforme o sin él, consagrada a Dios o no creyente-, en cualquier momento puede enfrentar a la justicia como imputada.

Y mientras se le investiga debe ser objeto de un debido proceso, con todo lo que ello implica, como presunción de inocencia, legalidad de las medidas cautelares e intrusivas, reserva de identidad en su caso, trato digno tanto de las policías como del ente persecutor y de la judicatura, plazo razonable de vigencia del proceso penal y, en general, el irrestricto respeto a los derechos humanos de las personas.

Para eso, es necesario disponer de un sistema penal sólido. Desde la perspectiva del imputado -que es nuestra principal preocupación, en función de nuestro rol-, es necesaria la existencia de la Defensoría Penal Pública, único bastión de apoyo para el imputado en tales circunstancias.

Entonces, todos nosotros que estamos libres -hasta ahora- de la denominación de imputados, lo único que queremos y esperamos de nuestro sistema de justicia penal no es una puerta giratoria, ni un criterio duro como el de la tolerancia cero -tan aludida en estos días-, sino tan sólo uno justo, racional y respetuoso de los derechos de todos.

A eso aspiramos, nada más ni nada menos, y a eso tenemos derecho.

Por José Luis Craig Meneses,
Defensor Regional de Maule.

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