Sala de Prensa

14/05/2020

Columna: La justicia penal post pandemia

Publicación del diario El Divisadero en su edición del jueves 14 de mayo de 2020.

Jorge Moraga, Defensor Regional de Aysén

Jorge Moraga, Defensor Regional de Aysén

Columna del Defensor Regional de Aysén, Jorge Moraga Torres

Sabido es que detrás de toda crisis siempre hay una oportunidad de crecimiento, la que está exclusivamente en nosotros aprovechar. Albert Einstein sostenía que lo valioso de las crisis es que ellas dan nacimiento a los desafíos y sin éstos la vida no pasaría de ser una lenta agonía.

Bajo ese prisma, cuando estamos en pleno desarrollo de la pandemia que nos golpea fuerte como sociedad, podemos comenzar a preguntarnos qué sacaremos en limpio (como aprendizaje o instancia de crecimiento) en el ámbito de la justicia penal, una vez que la sombra de esta pandemia deje de estar sobre nosotros y comencemos a ver la luz al final de este largo y doloroso túnel.

Me parece que una primera lección que debemos sacar de esta amarga experiencia es, sin duda, el comenzar a valorar en su real dimensión nuestra libertad. Es en estos días, en que son millones las personas en nuestro país que viven enclaustradas en sus domicilios, sin posibilidad de desplazarse conforme con sus deseos y/o necesidades, cuando valoramos realmente la libertad que hasta ayer era un supuesto de vida tan natural, seguro y sobre entendido que incluso, imperceptible e inconscientemente, dejamos de apreciar en su crucial y esencial importancia.

Revalorizar la libertad humana y la posibilidad de desplazarnos por nuestras ciudades, ya sea con fines laborales, sociales o recreativos, debiera sacarnos del error tan común de que cualquier medida cautelar que no sea prisión es sinónimo de impunidad.

Cuántas veces los defensores al solicitar que se imponga, como medida cautelar respecto de quien enfrenta un proceso penal, la medida de arresto domiciliario y no la medida de prisión preventiva, hemos escuchado livianas reacciones  de personas que sostienen que tal medida es totalmente insuficiente, con afirmaciones del tipo “el delincuente la sacó gratis”, desconociendo de este modo, la presunción de inocencia y la garantía de que todos seamos sancionados sólo una vez que se dicte una eventual sentencia condenatoria, es decir, al finalizar el respectivo proceso penal y no a su inicio.

Es de esperar que el día que finalice nuestro actual encierro al interior de nuestros hogares estemos en situación de comprender, en su real alcance y secuelas, lo que implica una medida cautelar de arresto domiciliario, logrando visualizar que se trata de una alternativa judicial que no resulta ni liviana ni ausente de altísimos costos, no siendo asimilable por lo mismo, en sentido alguno, a un escenario de impunidad.

Otra lección que hemos de sacar de este trance, si hemos de aprovechar la presente crisis para ser el día de mañana una mejor sociedad, ha de referirse, indudablemente, al manejo carcelario como forma preferente de enfrentar el fenómeno delictivo.

Si algo nos ha enseñado el actual escenario pandémico es la absoluta e innegable interdependencia de todos nosotros. Todo lo que te pasa a ti, finalmente, directa o indirectamente, puede generar consecuencias en mí. Esa indudable verdad, inexorable consecuencia de vivir en sociedad y que el COVID 19 nos muestra de manera tan manifiesta y clara, es plenamente aplicable en aquellos asuntos vinculados al manejo de las respuestas punitivas que establecemos frente al delito, especialmente aquellas de naturaleza carcelaria.

Es hora de entender que cada vez que encerramos a una persona de modo injustificado o innecesario no sólo le hacemos un daño inconmensurable a la concreta persona que sufre la injusta o innecesaria prisión. Nos hacemos un daño como sociedad toda, y cada uno de nosotros pagará, finalmente, el precio de dicho error y no sólo quien es apresado.

Conscientes del proceso de deterioro material y espiritual, en los hechos virtualmente imposible de evitar, que implica el encarcelamiento de toda persona, no podemos seguir cegándonos ante las evidentes y nocivas consecuencias que para cada uno de nosotros conlleva una indeseada sobreutilización de la prisión preventiva.

Para conocer y participar de las reflexiones que surgen y los desafíos que enfrentamos desde la perspectiva de la Defensoría Penal Pública frente a experiencias tan relevantes en la vida de todos, como lo han sido el estallido social de octubre de 2019 y la pandemia en actual desarrollo, les invito a participar de la Cuenta Pública Participativa que entregará el Defensor Nacional Andrés Mahnke el próximo miércoles 20 de mayo, a las 11.00 hrs. Dicha actividad se realizará vía streaming y cualquier persona interesada podrá seguirla a través de www.dpp.cl, emol tv o vía Facebook live.

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