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Sobre la furia contra la libertad condicional

12/08/2020

Columna de opinión publicada hoy en el diario Austral de Valdivia

Sobre la furia contra la libertad condicional

El Defensor Regional de Los Ríos, Luis Soto Pozo, escribió este artículo frente a las distintas voces que claman por restringir los beneficios intrapenitenciarios y cuestionan esta institución a propósito del crimen de la joven Ámbar Cornejo.

El Defensor Regional de Los Ríos, Luis Soto Pozo.

Por Luis Soto Pozo,
Defensor Regional de Los Ríos.

El país se ha estremecido con el crimen horroroso de Ámbar Cornejo, de 16 años. El presunto autor, condenado a un total de 27 años por delitos contra la vida, se encontraba en libertad a la mitad de su condena a partir de la institución de la libertad condicional desde 2016.

Esto bastó para que se cuestionaran los beneficios intrapenitenciarios, se alzaran voces clamando ponerles fin, que se excluyan ciertos delitos e, incluso, que se restituya la pena de muerte.

Sin duda, es necesario y urgente adoptar lineamientos para que estos hechos no se repitan, pero actuar apresuradamente, sin abordar lo estructural, no es la solución. Si lo que buscamos como sociedad es alcanzar mayores espacios de seguridad -motivación, imagino, de quienes exigen “mayor mano dura”-, ésto no se lograra con más cárcel ni restringiendo beneficios.

Estudios especializados señalan que las personas que cumplen totalmente su condena en la cárcel, sin beneficio ni salida anticipada, reinciden en más de un 60 por ciento de los casos. Durísima estadística, que nos habla del fracaso de la condena, desde la mirada de la reintegración.

Mención aparte es la exigua inversión en reinserción social, que excedería esta columna. Por el contrario, quienes cumplen parte de su pena en regímenes de vigilancia en libertad reinciden en sólo alrededor de un 20 por ciento, es decir, cuatro de cinco beneficiados no vuelve a cometer delitos.

No existe sistema, ni pena, por dura que sea, que garantice infalibilidad y cese de los delitos. Al contrario, sin la existencia de instituciones de beneficios intrapenitenciarios, probablemente los índices de crímenes violentos serían aún mayores.

Así, resulta fundamental activar la discusión para que las leyes se cumplan, se provean reglamentos y recursos que permitan una vigilancia efectiva de los libertos condicionales y se creen tribunales de ejecución de penas, que un Estado moderno demanda.

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