Sala de Prensa

15/09/2014

Columna de opinión:

Día de la Mujer Indígena

El siguiente artículo, escrito por el Defensor Regional de Arica y Parinacota, fue publicado en el diario La Estrella de Arica.

El Defensor Regional de Arica y Parinacota, Claudio Gálvez Giordano.

El Defensor Regional de Arica y Parinacota, Claudio Gálvez Giordano.

Por Claudio Galvez Giordano,
Defensor Regional Arica y Parinacota.

El pasado 5 de septiembre celebramos el Día de la Mujer Indígena, conmemoración que quizás por no ser una fecha de gran connotación “comercial” pasa algo desapercibida en el país. Sin embargo, la arenga de Bartolina Sisa merece ser conocida, recordada y valorada por todos los latinoamericanos.

Esta mujer, aymara y virreina, luchó a la par con su pareja, el caudillo y virrey aymara Túpac Katari, por el respeto de su pueblo, violentado por los conquistadores españoles, dando su vida por la defensa de su gente y sus convicciones.

En nuestro quehacer como Defensoría Penal, hemos encontrado en las mujeres aymaras y quechuas que nos corresponde asistir una fuerza silenciosa y una grandeza algo oculta frente a la adversidad que enfrentan, que es difícil de entender, desconociendo la historia de la sangre que corre por sus venas.

Ello nos ha llevado a comprender que el reconocimiento de la mujer indígena debe ir más allá de la lucha de las organizaciones indígenas: nos corresponde a todos como sociedad, con especial responsabilidad de los intervinientes del sistema de justicia penal.

Así, en aras de disminuir la discriminación múltiple sufrida por mujeres indígenas imputadas, la experiencia nos ha demostrado la necesidad de brindarles  una defensa especializada, una defensa penal indígena con perspectiva de género, que nos permita rescatar la historia de vida de aquéllas, entender el contexto de la comisión del ilícito que se le imputa.

Por ejemplo, determinar si obedece a alguna práctica ancestral como el uso ceremonial de la hoja de coca o si, por el contrario, resulta ser una conducta reprochable para nuestra sociedad sólo por el desconocimiento de la costumbre indígena, como el acompañamiento de menores en labores de pastoreo, que a priori pareciera poner al menor en grave riesgo, ignorando todo el proceso de enseñanza para la vida que se transmite en ese acto a la hija o hijo que acompaña a esa madre.

El desafío es grande, pero el ejemplo de Bartolina lo es aún más, pues por la lucha de mujeres como ésta se ha ido logrando el reconocimiento y respeto a las costumbre de los pueblos originarios y sus derechos ancestrales. 

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