Sala de Prensa

24/12/2014

Columna de opinión:

Déficit estructural del sistema penal en la región

El siguiente artículo, esrito por el Defensor Regional del Maule, José Luis Craig, fue publicado el martes 23 de diciembre en diario El Centro de Talca.

José Luis Craig Meneses, Defensor Regional de Maule.

José Luis Craig Meneses, Defensor Regional de Maule.

Por José Luis Craig Meneses,
Defensor Regional de Maule.

La semana que pasó fui gentilmente invitado a un seminario sobre discapacidad en la comuna de San Javier. Mi intervención se centró en la discapacidad mental, cuando ésta afecta a un imputado por el sistema penal o a un condenado que esté cumpliendo su pena en una cárcel.

La reflexión que emana de tal experiencia es lo mucho que nos falta en términos de servicios auxiliares a la administración de justicia propiamente tal en materia penal, concretamente en nuestra Región del Maule.

Sabido es que la reforma procesal penal, ya instalada en Chile, significó un aumento presupuestario importante para los organismos más directamente relacionados con la administración de justicia penal, uno de los cuales es la Defensoría Penal Pública.

Sin embrago, lo anterior se ve fuertemente contrastado con el abandono franciscano en que nos encontramos en otras materias que, si bien son tangenciales al sistema penal, son relevantes a la hora de dar calidad de vida a la gente afectada con este drama.

Sólo citaré tres temas: el primero, la infraestructura carcelaria. Lamentablemente, en nuestra región existe un déficit importante en términos de sobrepoblación penal, que ha sido abordado, y vemos que vuelta a vuelta la construcción de otra unidad penal moderna y digna se ha visto demorada, tal vez en demasía.

Otro tema es la inexistencia de centros de privación de libertad para jóvenes en las provincias de la región, lo que significa que un adolescente de Cauquenes o de Teno, aparte de ver conculcada su libertad durante el proceso o después de él, debe desarraigarse además de su nexo familiar, generando gastos importantes a su grupo familiar, por los desplazamientos o derechamente significando el abandono de tales chicos por sus familiares relevantes.

Por último, si el que comete un delito es un discapacitado mental, nos encontramos con la inexistencia de un centro hospitalario psiquiátrico en la región, lo cual no se condice con la alta incidencia de este tipo de enfermedades en la zona, ni con los más del millón de habitantes que existe en el Maule.

Así, debemos solicitar plazas para internación y efectuar los exámenes periciales de rigor en regiones tan distantes como Valparaíso o la Región Metropolitana e, incluso, en algunas ocasiones en la del Biobío.

Esta situación hace que las visitas que pueda recibir el enfermo sean prácticamente inexistentes, lo cual agrava su contexto de imputado y enfermo, y lo expone a una situación de abandono, desamparo y desarraigo que agrega sufrimiento a su natural condición.

Por lo anterior es que hago un llamado a las autoridades regionales para incluir estos temas y proyectos en la agenda pública y abogar por la creación y construcción definitiva de esta infraestructura, necesaria para el sistema penal en su conjunto pero, lo más importante, necesaria para que nuestra gente maulina gane en dignidad y calidad de vida. Todos lo agradecerán.

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