Sala de Prensa

07/11/2018

Columna de opinión:

Desafíos de la reforma

El siguiente articulo fue escrito por el Defensor Regional del Maule, José Luis Craig, y publicado por el diario El Centro de Talca el martes 6 de noviembre de 2018.

José Luis Craig, Defensor Regional del Maule.

José Luis Craig, Defensor Regional del Maule.

José Luis Craig Meneses,
Defensor Regional del Maule.

El pasado 16 de octubre se cumplió un nuevo aniversario del inicio de la reforma procesal penal en nuestra Región de Maule. Todos los balances hablan de un notable avance en el sistema de enjuiciamiento criminal a partir de su instauración, por lo que la discusión ya no debe llevarse al plano de si funciona o no, sino que -a mi juicio- debe hablarse de los desafíos pendientes y de las mejoras que deben ser abordadas, habiendo ya adquirido este “nuevo” sistema la mayoría de edad en algunas regiones de nuestro país.

El primer “DEBE” con mayúscula lo anota la situación de los menores de edad infractores de ley, y el fracaso no pasa por la falta de enjuiciamiento de ellos, sino que por el fracaso total del sistema a cargo de controlar las sanciones que a los adolescentes les aplica el sistema, mejorando con ello la efectiva reinserción social que toda sanción busca expresamente cuando se sanciona a un niño, niña o adolescente.

Un segundo “debe” se lo anotan los organismos auxiliares de la persecución penal, que sirven de base muchas veces para que el sistema funcione. En este acápite, hablo de Servicio Médico Legal (SML) y su endémica falta de personal y de recursos; de Gendarmería de Chile, que no está en condiciones reales de reinsertar a una persona que cae en su esfera de custodia, por distintas razones.  También entran en este terreno los policías, que con su falta de capacitación adecuada muchas veces han puesto en jaque al sistema, ya que su organización y nivel de transparencia en sus procedimientos aún no están a la altura que un sistema acusatorio exige.

La inexistencia de la necesaria adecuación a los tiempos del Código Penal también se anota como inmenso “DEBE” del sistema, ya que él se erige como la verdadera partitura que los intervinientes deben “tocar” en audiencias, y si ésta está mal hecha, difícilmente la “música” se escucha bien, a oídos de la ciudadanía.

Otro tema relevante es la nula existencia de comunicación y entendimiento entre el sistema de salud y el de justicia, lo que se traduce en incomprensión de los gremios de la salud ante su labor como peritos, falta de coordinación en labores como la toma de muestras o elaboración de peritajes a víctimas o imputados, y una deuda vergonzosa en la salud mental para imputados-enfermos.

Paradojalmente, la situación en que se encuentran los jueces, fiscales y defensores es la más confortable. Sin embargo, son generalmente los más castigados por la ciudadanía con las notas rojas que le asignan, encuesta tras encuesta.

Toda obra humana es perfectible. Ojalá existan la voluntad política y los recursos humanos y materiales necesarios para suplir estas falencias, que impiden dar un nuevo salto en calidad, como el que dimos 17 años atrás.

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