Sala de Prensa

07/05/2019

Columna de opinión:

Nuevo CPF

El siguiente articulo fue escrito por el Defensor Regional del Maule, José Luis Craig, y publicado por el diario El Centro de Talca en su edición del martes 7 de mayo de 2019.

Jose Luis Craig, Defensor Regional del Maule.

Jose Luis Craig, Defensor Regional del Maule.

Por José Luis Craig Meneses,
Defensor Regional del Maule.

Pese a que en la prensa poco y nada se ha hablado, hace un par de semanas el Maule ha logrado un tremendo avance en dignidad e infraestructura para las mujeres privadas de libertad de nuestra tierra. Me estoy refiriendo al cambio de dependencias, efectuado por Gendarmería, en favor de las internas del Centro de Cumplimiento Penitenciario Femenino (CCPF) de Talca, a lo que era el antiguo Centro de Internación Provisoria y Centro de Régimen Cerrado (CIP-CRC), ambos ubicados en la ruta Talca – San Clemente.

Con este, al parecer, simple cambio, pasamos de tener la cárcel de mujeres con más sobrepoblación o hacinamiento de Chile a estar en condiciones de subutilización de plazas, puesto que al día de hoy se cuenta con 90 internas, en un recinto con capacidad para 104 personas.

Si bien la distribución de este centro estaba pensada para que fuera ocupado por adolescentes y, por ello, cuenta con casas y no con pabellones o módulos -como es lo habitual en cárceles de adultos-, no es menos cierto que en términos de dignidad y habitabilidad este cambio es un tremendo avance.

En efecto, de tener que dormir en habitaciones con hasta cuatro camas una sobre otra, de tener los servicios higiénicos y duchas absolutamente colapsados y de contar con una distribución irregular de agua caliente, las internas pasan a tener habitaciones equipadas con sólo camarotes dobles, agua caliente y baños recién equipados.

A lo anterior podemos sumar mejores dependencias para la escuela, para la práctica de deportes, más amplios sectores para las visitas y, en general, una condición más digna para todas.

Lo anterior no es fruto del azar, sino que más bien de una persistente lucha de parte de Gendarmería y la Seremi de Justicia, puesto que este ministerio tenía otros planes para este recinto, por lo que costó que se tomara esta decisión de devolverlo a Gendarmería de Chile, para que se redestinara a las mujeres privadas de libertad del Maule.

Otra decisión habría significado esperar la inauguración del complejo carcelario en actual construcción en Panguilemo, lo que con suerte tardará un par de años más, para que las mujeres obtuvieran una mejora en su calidad de vida y dejáramos de ostentar un triste récord como región: contar con la cárcel de mujeres más hacinada de Chile.

Cualquier avance en esta materia, tradicionalmente olvidada por todos, especialmente por las autoridades, es digno de aplaudir y destacar, sobre todo en la prensa.

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