Sala de Prensa

29/10/2020

Columna de opinión:

Defensas penales especializadas: co-construyendo oportunidades de reinserción

El siguiente artículo, escrito por Golda Barrientos Bellone, psicóloga de la Unidad de Defensa Penal Juvenil (UDPJ) de la Defensoría Regional de Antofagasta, fue publicada en los diarios El Mercurio de Antofagasta y El Mercurio de Calama.

Por Golda Barrientos Bellone,
psicóloga Defensoría Regional de Antofagasta.

La Defensoría Penal Pública, desde su creación, ha enfocado su rol a brindar una defensa de alta calidad profesional, con irrestricto respeto por la dignidad humana y los derechos e intereses de todos sus representados. En este ámbito, ha sido capaz de visualizar de forma innovadora que, para u. Dn óptimo desempeño de alta calidad, debe abordar las particularidades y necesidades que convergen en sus representadose ahí surgen las 'defensas especializadas' en todo el territorio nacional.

Actualmente, la defensa pública opera transversalmente con enfoque de género, lo que implica hacerse cargo del reconocimiento del principio de igualdad ante la ley, para que la diversidad siga una lógica de resguardo. De igual forma, en los últimos años se ha avanzado en el diseño de políticas institucionales en que la salud mental de imputados y condenados sea un foco de atención.

Asimismo, desde 2003 se sentaron las bases de las unidades especializadas, con la creación de la defensa indígena. Posteriormente, en 2007 surgió la defensa penal juvenil, que asumió el desafío de la Ley N° 20.084 a través de equipos multidisciplinarios. Posteriormente se inició el trabajo intramuros con los equipos de defensa penitenciaria y en 2017 surgió en la región de Antofagasta el primer equipo del país para la defensa de personas migrantes y extranjeras.

En este ámbito de incansable trabajo, la actual pandemia del Coronavirus ha provocado impacto y consecuencias sin precedentes en gran parte de la vida de las personas, afectando también a las cárceles, lo cual llevó a diferentes instituciones a tomar diversas medidas para proteger la vida y la salud de todas las personas que están privadas de libertad y quienes desempeñan funciones en los recintos carcelarios.  

De forma colaborativa, las distintas unidades de defensa especializada de la región han ido generando iniciativas y proyectos en pro de revertir el aislamiento al que ha obligado la crisis sanitaria. Así, la unidad de defensa indígena se encuentra ejecutando en la cárcel de Calama un curso de lenguas originarias; la defensa penitenciaria desarrolló talleres de temáticas feministas y de derechos humanos, con conexión simultánea a siete centros penales del país. Además, está próximo a ejecutarse un taller de costura en los penales de Calma y Tocopilla, para hombres y mujeres.

La pandemia no nos paralizó, sólo nos impuso desafíos a los que hemos hecho frente día a día, vislumbrando grandes oportunidades, que requieren unidad. Debemos trabajar colaborativamente entre diversas instituciones, empresas y la sociedad civil en la co-construcción de una sociedad mejor y más justa en materia de derechos, siendo la reinserción social integral un pilar importante en la creación de una sociedad más equitativa, especialmente para las personas privadas de libertad.   

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