Sala de Prensa

07/03/2007

VIII Región: Mujeres en el encierro desayunarán con defensores

Mañana en el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, compartirán su habitual desayuno con los defensores jefes de esas localidades.

De acuerdo a las cifras de un reciente estudio estadístico de la Defensoría Penal Pública, entre noviembre de 2005 y noviembre de 2006, las mujeres representaban un 14,5% de las personas atendidas por dicho servicio, lo que muestra un aumento significativo, ya que el año 2001 las mujeres imputadas no superaban el 10%, así se ha comenzado a hacer notar que uno de los grupos vulnerables en el sistema penal es el de la mujer, razón por la cual la incorporación de la perspectiva de género en el análisis de las normas penales, es de suma importancia, pues ciertas formas de comportamiento se comprenden mejor bajo esa óptica.

Consideraciones relevantes son por ejemplo, la calificación judicial de los requisitos para la legítima defensa y determinación de la pena, la concesión restringida de la prisión preventiva que puede representar una discriminación porque los delitos por los cuales son acusadas son de menor gravedad que los de los hombres, la preocupación de la mujer madre para los efectos de medidas alternativas a las penas privativas de libertad, la dificultad en la reinserción y la existencia de menor número de cárceles para mujeres, entre otros.

En este sentido la Defensoría Penal Pública está constantemente evaluando las implicancias de este fenómeno y la necesidad de establecer políticas diferenciadas para poder cubrir las necesidades de esta parte de la población.

En Chile la población femenina recluida en penales es predominantemente joven y adulta, que ha iniciado su maternidad tempranamente, que ha vivido en la pobreza, que cuenta con una educación incipiente y con poca o ninguna experiencia laboral, y que en general antes de estar recluidas desarrollan actividades típicamente femeninas de estrato socioeconómico bajo de un modo precario e inestable. Su conducta delictiva que se caracteriza por la menor gravedad y peligrosidad, tiene vinculación con el patrimonio y reducida participación en la distribución del poder, salvo contadas ocasiones, hecho se constata por ejemplo, en los delitos de tráfico de drogas.

Los efectos de la prisión en la mujer suelen ocasionar perjuicios en ellas y sus familias, esto debido a que ellas son en la práctica la red de soporte familiar, pero una vez que el encarcelamiento se concreta el núcleo familiar tiende a desintegrarse, esto porque existe una pérdida de vínculos externos que obstaculiza la manutención en sus relaciones teniendo como resultado el abandono de estas mujeres. El distanciamiento de los hijos como consecuencia de la prisión es una constante.

La dependencia y soledad afectiva son claras, en general las decisiones de la mujer acostumbran a estar más subordinadas a la pareja y padecen mayor soledad, ya que cuando ellas están presas también lo están sus parejas, y si no lo están estas no demuestran la misma solidaridad, más aun cuando no pueden hacer uso de su intimidad. En general las mujeres recluidas son visitadas por otras mujeres, ya sea la madre o la hermana y en ocasiones por el padre, la pareja en general desaparece. La familia será un indicador para la obtención de un trato más benévolo, pues según el criterio de los operadores jurídicos, la familia será un límite para la actuación delictual, ya que proporciona antecedentes de arraigo, da recursos para reparaciones y facilita todo tipo de información, humanizando el conflicto que enmarca la realidad de la mujer, sin embargo, en el caso de las mujeres en encierro, la familia no aparece como agente facilitador.

En cuanto a la infracción de la ley de drogas, se puede sostener que las condenadas no parecieran ser mujeres consumidoras, el tráfico se convierte en un resorte de subsistencia por lo cual el tema de la reinserción y rehabilitación requiere una mirada integral, observando la precariedad laboral de las mujeres, especialmente en las jefas de hogar.

En la Región del Bío Bío son casi ciento cincuenta las mujeres que hoy se encuentran privadas de libertad, población que se encuentra distribuida en las cuatro secciones femeninas de los centros de detención de Los Ángeles, Chillán, Arauco y Concepción. Mañana martes 08 de marzo a partir de las 8:30 hrs., los defensores jefes de estas tres primeras comunas y el Defensor Regional en el caso de Concepción, visitarán los penales para reunirse y compartir un desayuno con la totalidad de la población femenina recluida en la Región.

 

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