12/03/2021
Columna de opinión
En favor de la igualdad
El siguiente artículo, escrito por Roberto Silva Jara, defensor local de Puerto Aysén, fue publicado el jueves 11 de marzo por el diario El Divisadero (@ddivisadero).
Por: Roberto Silva Jara,
Defensor local de Puerto Aysén.
El enfocar la justicia con una perspectiva de género no es sólo una necesidad, sino un imperativo en favor de la protección de los derechos humanos en nuestra sociedad.
Debemos partir del reconocimiento de que, si bien nuestro ordenamiento tiene apariencia de neutralidad, ésta sólo es de carácter formal, ya que al día de hoy no podemos predicar una igualdad entre hombres y mujeres en términos efectivos.
Aquello resulta obvio si consideramos que dicho ordenamiento regula también las diferentes relaciones de poder existentes en una sociedad y, entre ellas, evidentemente la relación de poder que históricamente el hombre ha sustentado por sobre la mujer. Podemos decir, incluso, que en el caso de la desigualdad de género, el ordenamiento no se ha limitado sólo a regular sino que a consolidar y engrosar las estructuras socio-culturales en que se basa dicha desigualdad.
El género es una construcción social en virtud del cual las características humanas consideradas como "femeninas" o " masculinas" no derivan de una supuesta naturaleza biológica, sino que son adquiridas mediante un proceso individual y social. Es un conjunto de papeles, comportamientos, actividades y atribuciones socialmente construidos que una sociedad concreta considera propios de mujeres o de hombres.
De tal manera se construyen estereotipos en relación con lo que “se espera” del comportamiento de un hombre o una mujer, los que carecen naturalmente de una base objetiva o científica y no son sino manifestaciones de imposiciones culturales a partir de lo evolutivo o histórico y que al día de hoy no tienen asidero alguno, mas que perpetuar la prevalencia de lo “masculino” por sobre lo “femenino”.
En materia de justicia la consideración de estos estereotipos puede acarrear nefastas, desiguales e injustas consecuencias, que afectarán principalmente a mujeres, ya sea como imputadas, víctimas o testigos.
De esta manera, juzgar con perspectiva de género implica identificar los estereotipos, los prejuicios, aquellas preconcepciones individuales y colectivas de las decisiones judiciales sobre las capacidades y roles de las mujeres que determinan su discriminación o el ser tratadas de forma desigual, para erradicarlos.
Las y los defensores penales públicos jugamos un rol importantísimo en la detección de tales estereotipos o prejuicios, abogando por un trato igualitario, digno y justo de nuestras representadas, incorporando en nuestras argumentaciones el enfoque de género necesario para tales fines.
Para aquello somos constantemente capacitados y entrenados por la institución. Es cierto que aún falta mucho camino por recorrer, pero nunca claudicaremos en lograr de los tribunales las decisiones mas justas para nuestras representadas.
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