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19/11/2008
Imputado absuelto: "Estuve 244 días privado de libertad y lo perdí todo"
Fue acusado de violación, sin embargo, el hecho no fue acreditado. La supuesta víctima declaró ante los jueces en forma voluntaria y coherente sin culpar de los hechos al imputado, demostrando así su total conocimiento y voluntad en los hechos.
La vida de don Rosamel Araya cambió rotundamente el 26 de septiembre de 2007. Ese día, un furgón de carabineros se lo llevó detenido comenzando así un negro episodio en su vida. Su rostro, curtido por el sol y por sus años de trabajo en la pequeña minería, refleja lo difícil que ha sido este último tiempo para él.
Rosamel fue acusado de violación reiterada en contra de Margaret, a quien se le ha diagnosticado esquizofrenia paranoide y por lo cual estuvo privado de libertad 244 días en el centro de reclusión de la ciudad de Copiapó.
Historia
La historia que une a Rosamel, ahora de 64 años, con Margaret se remonta a años atrás, cuando conoció a la madre de ésta en uno de sus tantos viajes por la región minera, iniciando ambos una vida en pareja.
La mujer ya estaba embarazada y él se hizo cargo de la pequeña que venía en camino, Margaret. Sin embargo la relación de pareja con su madre terminó y perdieron todo contacto.
Margaret se reencontró con Rosamel en el año 2003, en la ciudad de Caldera. “Ella llegó de 18 años, ya adulta, y estuvo viviendo conmigo, después casi sin darnos cuenta comenzamos voluntariamente una vida afectiva como pareja, y pasó lo que tenía que pasar. Ahí quedo embarazada” nos cuenta Rosamel, a quien le embarga la emoción al recordar a la hija que tuvieron y que perdió mientras estuvo en prisión. Así como su trabajo y su casa.
244 días
Días oscuros y terribles vivió Rosamel durante el tiempo que estuvo privado de libertad. Período en el cual también se le agudizó la silicosis que padece, porque no recibió un tratamiento adecuado, todo ello sumado a la mala alimentación: “Pasé penas y necesidades. Me conseguía por ahí té y azúcar para comer algo, además la comida que nos daban no era de las mejores, hasta algunas tenían productos podridos”, señaló.
Penas y necesidades que todavía pueden apreciarse en su rostro. Especialmente porque su hogar y pertenencias recién les fueron devueltas lo que le obligó a vivir de allegado y bajo la buena voluntad de personas que lo apoyaron cuando salió en libertad.
Acusación que no fue
El principal cargo por el que fue acusado Rosamel Araya es el de violación reiterada, sin embargo, no se acreditó en modo alguno el supuesto abuso de la enajenación mental de Margaret quien además, mientras tuvo que declarar ante los jueces, lo hizo en forma voluntaria y coherente sin culpar nunca de abuso a Rosamel, demostrando así su total conocimiento y voluntad en los hechos.
Es decir, que además que Rosamel no es padre biológico de Margaret, la relación afectiva que les unió fue de mutuo acuerdo.
Durante la investigación y posterior juicio oral, la defensa estuvo a cargo del defensor penal público don Ángel Guerrero Bustamante, quien relató que lo más difícil fue “sustentar la teoría del caso, porque existían antecedentes para mi representado obtenidos antes de que se formalizara la investigación -sin intervención del juez y sin asesoría de abogado defensor-, tales como, declaraciones del imputado pobre y con muy escasa instrucción, en fiscalía que podían perjudicarle, un examen de ADN en que se prueba que tuvo una hija con Margaret quien tenía un examen psicológico desfavorable para el imputado, y entrevistas con policías de investigaciones”, comenta.
Ante esto, la defensa buscó en todo momento que se hiciera efectiva la exigencia legal en cuanto a que para que exista ilícito, debe haber un abuso de una patología o de una enajenación mental “en este sentido planteamos que era necesario para configurar "abuso" el conocimiento de la enfermedad mental, ya que los primeros diagnósticos son posteriores a la convivencia entre imputado y víctima; la no fácil comprensión de la misma, dada la situación de deprivación en que se encontraba el imputado, casi analfabeto y el aprovechamiento de dicha enfermedad, que no era tal porque incluso él cuidó de ella y la acompañó en las crisis de su enfermedad, nos indica el defensor.
Es así que Rosamel fue absuelto de todo cargo en su contra y lo más importante, fue puesto por fin en libertad. La sentencia del Tribunal Oral de Copiapó, fue refrendada por la Ilustrísima Corte de Apelaciones, al rechazarse un recurso de nulidad que interpuso el Ministerio Público. “Ese día lloré” dice Rosamel.
El defensor Ángel Guerrero, señaló que al finalizar este caso sintió una profunda satisfacción y alegría, “pero con los días y dándole vueltas al asunto, me preocupa y desilusiona ver como personas vulnerables resultan tan perjudicadas por el sistema penal que prácticamente impone al imputado el deber de probar que no cometió un delito haciendo en algunos casos, casi ilusorio el principio de inocencia, que en teoría es el pilar del sistema”, aclara.
Pero a Rosamel todavía le queda una lucha: recuperar a su hija de tres años, que por motivo de este juicio y acusación, se encuentra en el Centro de Lactantes del Sename de Copiapó donde ha sido puesta en adopción.
Para el Defensor Regional de Antofagasta, Francisco Nehme Carpanetti, este es un caso refleja la importante labor que despliega la Defensoría con cada uno de sus representados, pues cada caso es una historia distinta e importante desde el punto de vista humano y social, donde existen personas que tienen derecho a un juicio justo, con pleno respeto de todas las garantías que nos entrega nuestra Constitución, especialmente en lo que se refiere al derecho de contar con un abogado defensor y a ser considerado y tratado como inocente.
Es por ello que resultados como este y a pesar de la adversidad que debe enfrentar cada defensor en el desarrollo de sus funciones, nos motiva y da fuerzas para continuar con nuestra labor.
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