Sala de Prensa

23/10/2023

Jefe de Estudios de la Defensoría, en reciente congreso “Una mirada hacia las infancias y juventudes en Chile”:

“Los adolescentes siempre han sido vistos con desconfianza por los adultos”

El abogado Pablo Aranda dictó una charla magistral en Coyhaique, refiriéndose a las características de las y los adolescentes, su situación en el sistema procesal penal y el rol de la defensa penal pública.

Por Valeska Olavarría Gallardo,
periodista Defensoría Regional de Aysén.

“En todas las épocas los adolescentes han representado un grupo complejo, que los adultos miran con desconfianza y que hasta les resulta peligroso porque son distintos, porque viven y se expresan de manera distinta, y muchas veces contrapuesta, a lo que somos o preferimos los adultos. Tendemos a verlos, interpretarlos y decidir lo que es mejor para ellos desde una mirada adulto-céntrica”.

Con estas palabras, el jefe del Departamento de Estudios y Proyectos (DEP) de la Defensoría Penal Pública, Pablo Aranda, comenzó su exposición en el congreso “Una mirada hacia las infancias y juventudes en Chile”, realizado entre el 19 y el 20 de octubre en Coyhaique. La actividad fue organizada por la Universidad de Aysén, con el apoyo de la Defensoría Regional.

Ante una audiencia integrada por profesores, estudiantes universitarios y asistentes de diversos ámbitos, el abogado explicó las razones y objetivos del servicio de defensa penal especializada en adolescentes que mantiene la Defensoría Penal Pública, porque la institución es capaz de reconocer las diferencias de la justicia entre adultos y los niños, niñas y adolescentes.

“La Defensoría Penal Pública crea mecanismos para que los jóvenes sean considerados en su especificidad y sientan que tienen un espacio con nosotros”, dijo.

Durante su exposición, Aranda abordó temas relativos a los orígenes y objetivos de la ley penal juvenil vigente desde 2007, sus particularidades y los cambios que implicará la reforma bajo la ley N° 21.527, que en 2025 estará vigente en la región de Aysén.

“Un fenómeno preocupante, que afectará a los mayores de 14 años, es el aumento de hasta en tres años sobre el máximo actual de privación de libertad. Es decir, en Chile un adolescente podría quedar privado de libertad hasta por 13 años. Si pensamos en un joven de 17 años, estaríamos hablando de que ese joven pasaría un 40 por ciento de su vida en el encierro”, advirtió.

CIFRAS A LA BAJA
Aranda explicó que en 22 años de vida institucional, la Defensoría ha representado a más de 6 millones de personas adultas y a casi 400 mil adolescentes. Agregó que esta última cifra se ha mantenido a la baja desde 2011, año en que más adolescentes imputados existieron, a propósito de las marchas estudiantiles en las que se detuvo a muchos adolescentes. En periodos como éstos, con mayores detenciones, la defensa pública representó a casi 35 mil adolescentes por año.

Según el abogado, a partir de entonces la cifra ha ido reduciéndose, llegando a puntos históricos durante la pandemia, cuando la cifra de adolescentes imputados disminuyó históricamente a 7 mil casos. Añadio que, si bien el año pasado y el actual registran un aumento, éste no llega a los números de 2011. “Estas rebajas nos ponen en un desafío como país. Este es el momento de actuar de manera eficiente y preventiva”, señaló.

Aranda sostuvo también que esta rebaja puede no ser apreciada en su magnitud por varias razones, entre ellas la visión de realidad que generan los medios de comunicación, especialmente la televisión: “Cuando un adolescente u otra persona de un grupo vulnerable, como por ejemplo personas migrantes, de pueblos originarios o mujeres cometen delito, eso mediáticamente es más noticioso”, dijo.

La región de Aysén es también ejemplo de ese descenso. De hecho, hoy sólo existe un menor de edad que, habiendo sido condenado como adolescente, sigue cumpliendo su condena en la sección juvenil de la cárcel de Puerto Aysén. En el Centro de Internación Provisoria y de Régimen Cerrado (CIP-CRC) de Coyhaique, en tanto, hay dos adolescentes cumpliendo la medida de internación provisoria y otros dos con sanciones de cumplimiento cerrado.

RADIOGRAFÍA DE UN ADOLESCENTE INFRACTOR
El jefe del Departamento de Estudios y Proyectos de la Defensoría explicó que la mayoría de los adolescentes investigados por delitos son varones y que la mayoría de los delitos cometidos por adolescentes son robos y hurtos. “Prácticamente no hay delitos sexuales y esto habla de un criterio común, y es que quienes son investigados por la comisión de delitos son adolescentes pobres”, precisó.

“Ningún adolescente de 14 años se levanta un día con la idea de cometer un delito. Hay un deterioro progresivo que comienza a muy temprana edad”, apuntó Pablo Aranda, quien explicó que con datos aportados por Unicef entre 2007 y 2018, la Defensoría logró hacer una radiografía de los adolescentes infractores de ley.

“Los adolescentes en estudio carecen normalmente de control parental suficiente, sus padres o cuidadores están ausentes durante sus vidas cotidianas o son consumidores problemáticos o adictos de drogas o alcohol. Este relajo de las normas, sumado a que muchas veces los jóvenes deben cumplir roles de padres o madres de sus hermanos menores, les hace bajar su asistencia a clases, bajar las notas y el rendimiento escolar, sentirse inadecuados o insuficientes en sus entornos educativos, proceso que termina con la deserción del sistema escolar”, aseguró.

Aranda continuó relatando que una vez fuera -total o parcialmente- del sistema escolar, los adolescentes hacen sus vidas fuera de la casa, en las calles de sus barrios, “porque sus casas son pequeñas, hacinadas y en muchas están presentes los padres o madres agresores, muchas veces con consumo, entonces ellos prefieren salir de ahí. En esas calles se juntan con otros adolescentes que viven las mismas situaciones. Consumen drogas, pero sin salario sólo tienen acceso a las más baratas, que son las más tóxicas y adictivas, como la pasta base, cuyo efecto es breve. Pronto tienen el 'bajón', sobreviene la angustia y, entonces, empiezan los inicios de la delincuencia juvenil”, aseguró.

Según el directivo, frente a este panorama es la Defensoría la institución que, entendiendo lo que ocurre con estos jóvenes, cuáles son sus historias de vida y sus carencias, asume su defensa de manera profesional y especializada frente a un sistema que busca sancionar conductas, en el contexto de un Estado que ha dejado en segundo plano prevenirlas.

Para mayores antecedentes, revise completa la charla, transmitida en vivo desde la cuenta de Instagram de la Defensoría Regional de Aysén: HAGA CLIC AQUÍ 


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