09/04/2007
Aprendiendo a ponerse en el lugar del otro
Columna de Erwin E. Neumann Montecinos, Defensor Regional de Aysén
Diversas situaciones de las que hemos tomado conocimiento en el último tiempo y el hecho de que estemos próximos a conmemorar Semana Santa, me hacen reflexionar en lo difícil que es ponerse en el lugar de otro y desde allí interpretar un hecho.
No es fácil tener esa clase de empatía y pareciera que sólo puede aprenderse en la práctica, es decir que sólo aprendemos en el momento en que, paradójicamente, nos encontramos
en las mismas situaciones que hemos criticado y en las que el involucrado fue otro.
Esto es quizás lo que explica el que hallan algunas personas que normalmente critican, prejuzgan y condenan un hecho, sin hacer un análisis de lo que realmente ocurrió.
Es así que hay muchas personas que frente a cualquier hecho que ocurre en la sociedad solicitan, y más que eso, exigen las penas más drásticas posibles en contra de aquellos que cometen un hecho reprobable, sin aceptar siquiera que pudiera existir una explicación o por lo menos una versión distinta.
Por lo señalado anteriormente es que tengo la sensación que no existe la capacidad de ponerse en el lugar del otro. Sin embargo el destino o los caminos de Dios, si se prefiere, son infinitos, y no es raro que esas personas que alguna vez criticaron se vean enfrentadas a las mismas situaciones.
Hace unos días leía en periódicos nacionales las declaraciones de la Diputada María Angelica Cristi a raíz de la detención de su hijo por la aplicación de la ley de drogas, esa misma ley que, por tener unos gramos de marihuana para un consumo lícito, puede dejar en la cárcel a un ser humano. Esa misma ley que la diputada ayudó a promulgar con la idea de aplicar las penas más graves para una persona, como es quitarle su libertad. Esa misma ley que debía aplicarse sin perdón. Esa misma ley que se volvió en su contra a través de su hijo. Esa misma ley que provocó sus declaraciones al saber de su aplicación en contra de alguien quien amaba y la que le hizo decir frente a la pregunta de si estaba tranquila, "si, y conocí otra realidad. Quizá cuantos inocentes más hay presos" (Las Últimas Noticias).
La misma ley tan dura que la diputada Criti ayudó a promulgar pensando sólo en los demás, le permitió ponerse en ese lugar y comprender la importancia del principio de inocencia, que los defensores penales públicos a diario alegamos y preservamos..
Esta claro que los seres humanos aprendemos de la manera más dura: solo viviendo en carne propia los hechos, podemos ponernos en el lugar de los demás.
Que estas fechas que se aproximan - tan importantes para el mundo cristiano - sean especialmente de meditación para todos nosotros.
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