04/11/2009
Defensa de derechos no es sinónimo de impunidad
En esta columna, publicada hoy en el Diario Austral de Valdivia, el Defensor Regional de Los Ríos, Erwin Neumann, reafirma -ahora como víctima de dos robos en su casa- la importancia de que cada interviniente del sistema cumpla su rol con acuciosidad e independencia y del respeto equitativo de los derechos tanto de víctimas como imputados.
Muchas veces hemos sostenido que la circunstancia de vivir en sociedad implica necesariamente la eventualidad de que uno pueda ser víctima o imputado de un delito. Hecho que es más fácil de ocurrir de lo que imagina la gran mayoría de las personas.
El caso informado recientemente por este medio de comunicación, en relación a los dos robos en mi casa, es una clara manifestación de ello y que, en lo que respecta a mi caso, no constituye ni siquiera la primera vez.
Frente a tales circunstancias, lo que las personas requieren es que el sistema funcione en su integridad, que cada uno de los intervinientes directos o indirectos de la persecución penal efectúe sus funciones con el profesionalismo e independencia que les caracterizan, que en definitiva es lo que tranquiliza a los involucrados, en el sentido que sus derechos serán reconocidos y respetados, sean víctimas o imputados.
El hecho informado permite comprender más fácilmente a la comunidad, que tanto la persecución penal como el ejercicio del derecho a defensa es de la esencia de un sistema de justicia penal. El Estado tiene las facultades para la investigación de los delitos, pero al mismo tiempo tiene como límite el respeto de los derechos o garantías constitucionales de que goza todo individuo, lo que constituye un principio fundamental en la legitimidad de su accionar.
El derecho de defensa es primordial en un Estado de Derecho, pero en ningún caso implica impunidad. Significa la manifestación del respeto hacia las personas y a un debido proceso, enmarcado en una actividad profesional independiente, deferente, oportuna, eficiente y eficaz de todos los intervinientes, como también acaeció en esta situación.
Lo sostenido es, desde el punto de vista de quien ha sido víctima en más de una ocasión y lamentando que en esta ciudad haya sido más recurrente, al mismo tiempo, la opinión de quien cree que el debido proceso y el derecho a defensa son fundamentales en una sociedad civilizada.
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