Sala de Prensa

10/03/2010

La gran pena de Luis

Luis Herrera, un guardia del edificio de la Defensoría en el Centro de Justicia de Santiago que perdió a gran parte de su familia en el terremoto, agradeció una exitosa colecta efectuada en ambas Defensorías Regionales Metropolitanas de la capital.

El viernes 26 de febrero, Luis Herrera sabía que tendría turno el fin de semana en el Centro de Justicia de Santiago. Aún  así, este guardia del edificio de la Defensoría Penal Pública en ese recinto tenía la tranquilidad de que su familia disfrutaba aún de los últimos días de vacaciones en Curanipe, en la Séptima Región.

Su esposa, Josefina Molina, juntos a sus hijos Consuelo (de 12 años) y Matías (de 9) estaban junto a la familia de Herrera no sólo veraneando, sino también participando  en la Semana Maulina, integrando el conjunto de música mexicana “Juanita y Miguel”.

Junto a tíos y tías integraban un grupo de diez personas cuando se produjo el terremoto.  El violento sismo los despertó y los asustó, aunque sin causarles mayores daños. Pero como no tenían conciencia del peligro de permanecer en la orilla de mar, las tres gigantescas olas del maremoto que se produjo después acabaron con la familia.

Consuelo, fue la única sobreviviente, gracias a que después de que la marea la llevó mar adentro y luego la empujó nuevamente hacia tierra, fue capaz de aferrarse a una rama de la cual no se despegó hasta que bajaron las aguas. Después se dio cuenta que ya no estaba en Curanipe, sino en Pelluhue, poblado costero contiguo e igualmente arrasado por la catástrofe. De la familia fueron encontrados los restos del pequeño Matías y de cinco de sus tías. De su madre aún no se sabe nada.

La historia de Consuelo fue incluso portada del diario Las Últimas Noticias, que tituló “Niña sobrevivió sola a tsunami”.

Allí en el Centro de Justicia hubo varios funcionarios que sufrieron daños materiales en sus viviendas y otros que tienen familiares en las zonas más afectadas por la destrucción, la incomunicación y los saqueos. Pero nadie vivió un drama como el de Luis.

Su historia conmovió tanto a la gente que trabaja en ambas Defensorías Metropolitanas que rápidamente directivos, asistentes, profesionales y defensores organizaron una colecta para apoyar en este duro trance a la familia Herrera Molina. La iniciativa resultó un éxito, pues entre los funcionarios de ambas sedes zonales de la capital reunieron un total de 785 mil 700 pesos.

El aporte fue recibido por Luis Herrera y su hija Consuelo de manos  del Defensor Regional Metropolitano Norte, Leonardo Moreno y del Director Administrativo Metropolitano Sur, Roberto Insunza. Visiblemente emocionado, el trabajador agradeció a todos los funcionarios de la DPP por el aporte que le hicieron, pues aunque nada cambia para él, servirá como un apoyo para los duros momentos que su hija y él enfrentan.

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