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Eficacia y eficiencia en la defensa de las personas

07/04/2010

Eficacia y eficiencia en la defensa de las personas

Columna de Paula Vial Reynal, Defensora Nacional, publicada hoy en El Mercurio de Antofagasta.

La Defensoría Penal Pública es una institución no sólo imprescindible para el desarrollo del sistema procesal penal sino consolidada y en proceso de crecimiento y perfeccionamiento. Con una opción permanente por la calidad, hemos privilegiado trabajar desde una lógica integral de eficacia y eficiencia en la defensa de todas las personas.

La Defensoría ha sabido adaptarse a los distintos escenarios del sistema criminal con aires de modernidad, aspiración de perfeccionamiento constante, desafío de protagonismo y aporte de calidad.

Precisamente por esta elección de privilegiar la calidad como sello distintivo de nuestra institución y la función que cumplimos, nuestros proyectos se han dirigido a esa finalidad. Estamos ad portas de iniciar un nuevo sistema de licitaciones donde la competencia por lo técnico marque una diferencia con el funcionamiento del sistema mixto actual. Otros proyectos que estamos trabajando avanzan en esa línea: un código de ética del defensor que otorgue una impronta de abogados comprometidos con su profesión en el ámbito penal y con las obligaciones para con sus defendidos; la creación de una Academia de Defensores que contribuya a la formación de nuestros abogados y a una vocación de aporte al sistema y sus actores principales; planes de calidad con todas nuestras Defensorías Regionales incorporándolas a un ciclo de calidad que se inicie con exigencias de desarrollo de la defensa como eje del sistema, que continúe con evaluaciones permanentes de este desempeño y siga con medidas de corrección y perfeccionamiento.

La labor que desempeñan los defensores públicos es garantía de protección de quienes se encuentran en una posición más debilitada en el proceso. Una persona contra el poder persecutorio del Estado exige un equilibrio de fuerzas que la Defensoría asegura.

Pero precisamente desde la dificultad que supone el ejercicio de esta labor, es asumida con enorme mística por cada uno de los abogados que se desempeñan en la Defensoría. Mantener ese espíritu es parte importante de los desafíos de futuro que enfrentamos.

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