23/07/2010
Lento, pero seguro
La siguiente columna de opinión, escrita por el Defensor Regional de Antofagasta, fue publicada el pasado miércoles 21 por el diario El Mercurio de esa ciudad.
Resulta fácil y atractivo hablar de la lucha contra la delincuencia. Que fácil es declarar que no hay que estar a favor el delito, como si alguien o alguna institución lo pudiere estar.
Se cree que da dividendos plantear estas ideas. Especialmente lo vemos cuando el país enfrenta procesos electorales. La oferta se abre entusiastamente al ámbito penal y parece a veces una competencia por quién ofrece penas más severas.
Así, hay quienes activamente patrocinan la creación de más y más figuras penales, a efectos de sancionar una diversidad de conductas humanas. Así creen resolver los problemas que se generan al interior de la comunidad.
Sin embargo, parece que cuesta un poco más detenerse en las consecuencias o impactos de estas medidas, qué tanto resuelven el problema de fondo y cómo pueden presionar a nuestro sistema penitenciario. Es deseable observar cómo hemos ido aumentando los índices de encarcelamiento en Chile, a tal punto de ser ahora un país líder en proporción de personas privadas de libertad en América Latina.
Sería aconsejable acercarse a los centros penitenciarios y recorrer sus dependencias. Enterarse de cómo viven, cómo duermen, cómo se asean. En definitiva, cómo es la existencia de miles de seres humanos encerrados en nuestras prisiones. Qué bueno sería escuchar hablar, también, de las causa profundas que se esconden tras la cuestión de la criminalidad.
El derecho penal se diferencia de otras áreas jurídicas por el impacto de sus instituciones en la vida y en la libertad de las personas. Es por ello que las reformas en este campo deben ir acompañadas de un proceso de reflexión y de un análisis ponderado y exento de prisa. Por algo la sabiduría popular nos recuerda que a veces es mejor andar lento, pero seguro.
Qué bueno sería, también, leer propuestas de políticas sociales integrales y comprometidas con la inclusión, con la disminución de las desigualdades y con un Estado activo en iniciativas de protección social.
Por Pedro Casanueva W., Defensor Regional de Antofagasta.
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