29/09/2010
Algunas ideas en relación a una huelga
La siguiente columna de opinión, escrita por el Defensor Regional de Antofagasta, fue publicada hoy por el diario El Mercurio de esa ciudad.
Sobre la huelga de hambre que mantienen miembros de comunidades y organizaciones mapuches se pueden decir muchas cosas. Sobre el nivel de representatividad de quienes ayunan, si ésta es o no la mejor forma de protestar y plantear sus demandas o sobre la manera en que el Estado debe asumir el tema indígena en su globalidad. Sin embargo, previamente debemos establecer algunas ideas frente a estos casi 80 días de ayuno.
Primero, mencionar que fue necesario el paso de muchas semanas antes que este movimiento tuviera algún nivel de cobertura en los medios de comunicación social. Antes prácticamente no existía.
Quienes se manifiestan pertenecen a un pueblo cuya población supera las 500 mil personas. Hay quienes señalan que incluso llegaría al millón. Son herederos de aquel pueblo que recordamos en los discursos oficiales por su heroísmo y resistencia tenaz a la presencia española.
Son los continuadores de aquellos que sufrieron la llamada pacificación de La Araucanía. Proceso en el cual chilenos los enfrentaron militarmente y los concentraron en reservas. Surgen los llamados títulos de merced, que son expresión de la reducción de sus tierras.
Con posterioridad viene el proceso de colonización, en que chilenos no indígenas llegan a trabajar estas tierras. De igual forma llegan a radicarse al sur de Chile grupos de migrantes alemanes, italianos y croatas, entre otras nacionalidades.
Recuerdo, a inicios de los años ‘90, haber conversado con un anciano mapuche de la comuna de Cañete. Él mantenía en su memoria los recuerdos de una noche en que fueron despertados por ladridos de perros, por golpes de palos y balazos y obligados a correr hacia tierras más infértiles. Esto no es relatado por la historiografía formal, pero se mantiene en el relato que se traspasa de generación en generación. Lo que contaba este anciano ocurrió en los primeros decenios del siglo 20.
Creemos que el Fiscal Nacional tiene razón: el tema indígena va más allá de la aplicación de normas penales.
Llama la atención que el movimiento de un grupo de personas perteneciente al pueblo mapuche haya llevado a la sociedad chilena y a su dirigencia a plantear de nuevo temas pendientes de nuestra transición democrática, como la existencia de una ley que sanciona conductas denominadas terroristas que fue elaborada y dictada en un gobierno no democrático y, por otro lado, la existencia y competencia de una justicia militar que es mirada con recelo por la comunidad internacional y por organismos del sistema americano, como la Comisión de Derechos Humanos y la Corte Interamericana.
Así las cosas, este movimiento recuerda que la sociedad tiene temas pendientes con sus pueblos originarios y con la transición democrática. Luego, con el tiempo, vendrá el juicio sereno de la historia sobre estos acontecimientos.
Por Pedro Casanueva Werlinger, Defensor Regional Antofagasta.
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