Sala de Prensa

26/11/2010

Inocentes todos

Artículo publicado por La Estrella de Iquique y firmado por el Defensor Regional de Tarapacá, Arturo Zegarra Williamson.

La presunción de inocencia es un principio básico del enjuiciamiento penal moderno, reconocido a nivel universal y con expresión genérica en prácticamente  todos los tratados internacionales de Derechos Humanos. En palabras sencillas: es la forma como debemos considerar a una persona que se ve enfrentada a una investigación criminal mientras no exista una sentencia condenatoria que establezca su responsabilidad.

En un Estado democrático de Derecho, se le debe reconocer a todos, sin diferencia alguna, no solo con la actitud pasiva de decir que estamos ante un inocente mientras un Tribunal no lo haya considerado culpable, sino además tener conciencia que la carga de probar tal culpabilidad pesa sobre quienes son responsables de la persecución criminal. Por ello, a un imputado se le debe tratar en términos efectivos y no sólo declarativos como inocente, sin discriminación de ninguna clase. Esto significa también que los estándares que se exigen para la restricción de libertades individuales de un imputado obviamente sean altos.

Defender esta presunción de inocencia como una garantía ante persecución penal del estado ha sido una las misiones clave para Defensoría Penal Pública. No obstante, es imprescindible avanzar hacia la incorporación de este principio en la cultura de las instituciones públicas y privadas, con especial énfasis en los medios de comunicación social que, como en toda sociedad moderna y democrática, poseen incidencia en la forma en que la opinión pública percibe la ejecución de las Políticas Públicas.

No se debe confundir el legítimo castigo a quien delinque, con castigar para demostrar poder; esto último es propio de estados totalitarios y no democráticos. La defensa penal está llamada a cumplir una tarea práctica e inevitablemente política: evitar que la fuerza del Estado se desate inmoderadamente contra quienes han infringido las leyes. Esta es la manera en que la defensa penal contribuye con el Estado democrático de derecho y la razón  de defender con fuerza y pasión la presunción de inocencia como un principio.

Cuando en el proceso penal queda demostrado, mas allá de duda razonable, que una persona es culpable, es porque se venció esa presunción de inocencia y a nadie le está permitido dudar siquiera que así es. Pero hasta antes de que se declare la culpabilidad debemos tener consideración y respeto por la persona aún cuando se le impute el delito más atroz.

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