Sala de Prensa

26/01/2011

Muelle salitrero y derecho penal

La siguiente columna de opinión, publicada hoy en el diario El Mercurio de Antofagasta, fue escrita por el defensor penal público Roberto Vega Taucare.

Recién llegado a la Defensoría  de Antofagasta escribí en este medio algo sobre la protección patrimonial y el derecho penal, por la protección que la Ley N°17.288 da al  muelle salitrero de la ex Compañía Melbourne Clark, cuyo deterioro aún es evidente.

Tales asertos se transformaron en vaticinio, pues recuerdo que en aquella época me inundaba la molestia en mi diario caminar cerca de las obras de la hoy casi flamante costanera central. Observaba el trato desigual en relación a las prioridades y ejes sobre los cuales se pretende construir el desarrollo local y el pretendido rescate de identidad local. Trato desigual que aún se manifiesta en el imperceptible avance del concreto, que se adueña de nuestros espacios públicos.

Asimismo, resulta lamentable que no obstante la prohibición de ingreso al muelle, día a día observamos a diversas personas ingresar a él con riesgo para sus vidas y el deterioro  del muelle, lógicamente a vista y paciencia de quienes en algún momento comprometieron la mantención y restauración del mismo, aplicándose el control sólo en el ámbito de evitar consumo de alcohol, drogas o el pernoctar en sus cercanías. 

De esta forma se ignora el mandato normativo, que sanciona los daños a un monumento nacional o que se afectare en cualquier modo su integridad, con penas entre los 541 días y los cinco años  de privación de libertad y multas entre 50 a 200 U.T.M. Asimismo, cierto es  que la intervención penal no genera conductas determinadas y que sólo las políticas destinadas a fomentar el aprecio por nuestro pasado -para la construcción de un futuro basado en el desarrollo local e identitario de la ciudad- salvará al muelle de su destrucción.

Sin embrago, tal como ayer aludimos al caso del moai y el turista extranjero en Isla de Pascua, hoy  nos preguntamos: ¿Es posible la comisión por omisión en este caso?, ¿cabe la posibilidad siquiera de  hablar de conducta negligente? ¿o sólo nos contentaremos con decir que el muelle se desmorona? O, simplemente, diremos ‘¡es que es muy caro restaurarlo!’… y que lo mejor es seguir colocando cemento.

Por Roberto Vega Taucare, defensor penal público de Antofagasta.

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