Sala de Prensa

26/05/2011

Alcalde transmite confusión

La siguiente carta al director, publicada ayer en El Mercurio, fue enviada por el Defensor Regional Metropolitano Norte, Leonardo Moreno.

Señor director:

Las descalificaciones públicas del alcalde de Lo Barnechea, Felipe Guevara, al trabajo de un fiscal y de una magistrada por un violento asalto ocurrido en una vivienda de El Arrayán conllevan el indisimulado mensaje de que si jueces y fiscales no resuelven como a él le parece… aténganse a las consecuencias.

La misión de juez y fiscal es finalmente detener y castigar al autor del delito, pero al verdadero autor, no a inocentes. Las confusas declaraciones del citado alcalde, aparte de inmiscuirse ilegítimamente con poderes del Estado independientes, transmiten irresponsablemente a la comunidad la idea de que fiscales y jueces están pensando en cualquier cosa, menos en hacer justicia.

Pareciera que en su concepto basta que una víctima inculpe a alguien para que éste sea encarcelado y caso cerrado. Si analizara los antecedentes constataría que la víctima definió  a su agresor como un menor de edad con una visible cicatriz en el rostro. En razón de esa descripción se hicieron controles de identidad y, respecto de un joven reconocido por la víctima, la jueza Andrea Díaz-Muñoz accedió a la petición del fiscal Samuel Constenla de una orden de detención.

Sin embargo, fue el propio fiscal el que constató que el detenido no tenía la distintiva cicatriz, por lo que conforme al mandato de la ley y el sentido común, la magistrada revocó la orden de detención. Después hubo un segundo adolescente detenido al que la víctima también reconoció en un cien por ciento, pero que tampoco tenía la cicatriz. Ante esta incoherencia la víctima cambió de opinión, relativizando la existencia de la marca en el rostro.

Esta vez la jueza rechazó la orden de detención solicitada por el fiscal, no por negligencia como dice el alcalde, sino porque los jueces no se toman a la ligera la facultad que tienen de privar de libertad a la gente, sobre todo cuando se trata de un niño de 15 años. El testimonio de la víctima, que entendiblemente estaba muy afectada por la traumática experiencia, no era lo suficientemente coherente como para encerrar a alguien sin más pruebas.

Por eso –y el alcalde no lo menciona-, lejos de levantarse un manto de impunidad, a petición del fiscal  la jueza decretó el allanamiento de la casa del segundo menor, para ubicar especies robadas y la toma de muestras corporales para análisis de ADN, de modo de encontrar pruebas más sólidas que las contradictorias declaraciones de la víctima. 

El alcalde de Lo Barnechea profundizó sus amenazas indicando que hará un seguimiento a las acciones de la fiscalía y el tribunal. Lo curioso es que después avala el quehacer general de ambos al enfatizar que en su comuna “es donde más ha disminuido la comisión de delitos” según Paz Ciudadana.  Tal vez es el momento de practicar la prudencia, ya que los arrebatos sólo transmiten confusión a la opinión pública.

Por Leonardo Moreno Holman, Defensor Regional Metropolitano Norte.

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