21/09/2011
Responsabilidad penal adolescente y salud mental
La siguiente columna de opinión, escrita por la psicóloga de la Defensoría Regional de Antofagasta, fue publicada en el diario El Mercurio de esa ciudad.
El cúmulo de investigaciones arrojan que la prevalencia de problemas de salud mental en adolescentes infractores presenta tasas de 25 a 81 por ciento, siendo los más altos los que están en privación de libertad.
Los trastornos de mayor prevalencia en adolescentes de alta vulnerabilidad social, especialmente en infractores de ley, son aquellos de déficit atencional, daño orgánico, cambios de ánimo, autoagresiones e intentos de suicidio, problemas del desarrollo de personalidad, trastornos disociativos graves y psicóticos (Bloom et al, 2005).
Ante este panorama, creemos que claramente urge contar con dispositivos de diagnóstico y atención en salud mental especializada para población infanto-juvenil infractora de ley, a través de los llamados Sistemas Ambulatorios y Residenciales Protegidas Especializadas, para adolescentes con trastornos conductuales severos que presentan un cuadro psiquiátrico complejo, o las Residencias Forenses Adolescentes para jóvenes inimputables por trastorno mental, entre otros.
Ahora bien, actualmente la ciudad de Antofagasta no cuenta con la necesaria oferta especializada, lo que plantea un gran problema, considerando la alta frecuencia de trastornos mentales en los adolescentes. A ello hay que sumar que muchas veces esta problemática se ve incrementada con el consumo problemático de alcohol-drogas y situaciones traumáticas, tales como abuso físico, psicológico y sexual desde etapas tempranas del desarrollo.
La evidencia indica que las políticas públicas que permitan canalizar gestiones sanitarias eficientes y efectivas implementadas en forma oportuna previenen o retardan la cronicidad del trastorno mental (OMS, “Políticas de salud mental para la infancia y adolescencia”, 2005).
Del mismo modo, se ha podido constatar que en intervenciones especializadas tempranas en salud mental o en cuanto se detecten en niños, niñas y adolescentes, es posible llegar hasta un estado que manifieste la ausencia de problemas mentales, sociales y legales en la edad adulta (OMS, “Financiamiento para la salud mental”, 2003). Sin duda, estamos ante un desafío pendiente en la región de Antofagasta.
Por Golda Barrientos Bellone, psicóloga Defensoría Regional de Antofagasta.
- Noticias
- Columnas
- Revista 93
- Revista 93, Nº27
- Revista 93, Nº26
- Revista 93, Nº25
- Revista 93, Nº24
- Revista 93, Nº23
- Revista 93, N°22
- Revista 93, N°21
- Revista 93, N°20
- Revista 93, N°19
- Revista 93, N°18
- Revista 93, N°17
- Revista 93, N°16
- Revista 93, N°15
- Revista 93, N°14
- Revista 93, N°13
- Revista 93, N°12
- Revista 93, N°11
- Revista 93, N°10
- Revista 93, N°9
- Revista 93, N°8
- Revista 93, N°7
- Revista 93, N°6
- Revista 93, N°5
- Revista 93, N°4
- Revista 93, N°3
- Revista 93, N°2
- Revista 93, N°1
- Galería multimedia
- Publicaciones destacadas
- subir
- imprimir
- volver