Sala de Prensa

22/09/2011

Políticas públicas frente al delito

La siguiente columna de opinión, escrita por el Defensor Local Jefe de Copiapó, Eugenio Navarro Garrido, fue publicada hoy en el diario Chañarcillo.

En el marco de nuestra actividad como defensores penales públicos, quienes procuramos brindar asesoría jurídica a las personas que no cuentan con un abogado particular, vemos con preocupación y nos estamos acostumbrando a que frente a casos que provocan conmoción pública, las autoridades reaccionan creando nuevos delitos o endureciendo las penas.

Lamentablemente, esta política de reacción ha demostrado su ineficacia pues, por una parte, las nuevas leyes más rigurosas no se aplican al caso que provocó aquella reacción, ni tampoco se demuestra que signifiquen un desincentivo al delito.

Esto sucedió con el llamado delito de femicidio, que sin ahondar en el tema, a primera vista su constitucionalidad nos parece cuestionable, pues se castiga con mayor rigor la muerte de una mujer, olvidando aquel principio de igualdad de las personas sin importar su sexo o condición.

Hoy es un tema aumentar las  penas respeto de los delitos vinculados a la conducción bajo la influencia del alcohol, iniciativa que seguramente no alcanzará a ser ley antes de fiestas patrias, por lo cual, cuando se haga un balance de las mismas, volveremos a oír respecto de  la denominada tolerancia cero con el alcohol. Seguiremos escuchando respecto del imperativo de establecer mayores exigencias al momento de obtener licencia de conducir y se lamentarán por la falta de una adecuada legislación.

Esta forma de legislar, motivados por situaciones del momento, nos parece que induce a tomar determinaciones irreflexivas, que provocan consecuencias indeseadas, pues siendo el derecho una ciencia que pretende cierta coherencia, al final del día nos encontramos con situaciones que a ojos de cualquier persona aparecen abiertamente desproporcionadas. Ejemplo de esto es el caso de los delitos de robo con intimidación, que pueden ser sancionados de manera más gravosa que el homicidio.

También llama la atención a los ciudadanos que delitos menores -por ejemplo la sustracción de especies de los establecimientos de comercio, sin que medie ningún tipo de fuerza en las cosas o violencia contra las personas- son perseguidos criminalmente y a diario los tribunales de todo el país sancionan estas conductas, cuyo perjuicio económico los propietarios traspasan a los consumidores, pero no vemos igual ímpetu en perseguir la responsabilidad de quienes han despojado a miles de chilenos de sus ahorros en el sistema de pensiones, o se han enriquecido cobrando intereses más allá de aquellos que la ley permite. Tampoco se analizan las causas por las cuales empresas -que en definitiva administran nuestros ahorros- obtienen utilidades que a todas luces aparecen excesivas.

Esperamos que este nuevo aniversario patrio permita detenernos un momento a pensar el tipo de sociedad que queremos y juntos podamos encaminar nuestros pasos para llegar a ese lugar.

Por Eugenio Navarro Garrido, Defensor Local Jefe de Copiapó.

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