Sala de Prensa

26/09/2011

Teatro carcelario: una posibilidad de traspasar los muros desde la imaginación y el talento

Gracias a un proyecto de la DPP de O'Higgins y el municipio de Rancagua, más de 35 internos del penal `La Gonzalina' asistieron a un taller teatral financiado por el Gobierno Regional. La emoción del resultado se expresó en el acto de cierre, donde el talento, la expresión de anhelos y la confianza en la reinserción tuvieron su gala.

Comienza la función y un chiquillo vestido de bufón saluda a las autoridades y agradece “las lucas aportadas por el Gobierno Regional“. Entre saltos y paseos presenta luego la primera obra: “El traje nuevo del emperador”. El personaje de un ratón que habla con acento español y un gato argentino comienzan entonces a relatar la historia de un monarca que, por ser tan ambicioso, fue burlado por unos estafadores.

Siete personajes en escena, con un vestuario muy cuidado y la musicalización necesaria para dar vida a la avant premiere de una de las actuaciones más inolvidables de sus vidas.

“Estoy nervioso. Primera vez que actúo. Estoy emocionado también porque me vienen a ver mis papitos”, dice Jorge, mientras frota sus manos. Es un interno que cumple una condena de tres años y que ve en el teatro una posibilidad de vivir en un mundo menos hostil, desde su imaginación y la interpretación de los personajes que fueron creando durante el taller.

TRABAJO CONJUNTO Esta iniciativa logró durante cinco meses cambiar el ritmo de los días para los participantes, quienes se reunían una vez a la semana con su monitor, Sebastián Padilla, y con la ayuda del equipo de la concesionaria SIGES preparaban las obras, pensaban en el vestuario, aprendían sus textos y comenzaban a encantarse con el arte de la expresión.

“Si no tienes fe en ti, el trabajo no sale. Creer no sólo es algo bonito, también es romperte en el trabajo y esperar una gratificación: el aplauso, el reconocimiento”, explica otro de los jóvenes beneficiados. Y tiene razón, pues según experiencias internacionales de teatro intracarcelario, esta manifestación libera a los internos a través de la creación de personajes y obras en los que abordan sus frustraciones.

También les ofrece herramientas para ironizar sus tristezas y soledades y -por sobre todo- les ayuda a mantener la mente ocupada, para no seguir pensando en la soledad, en la distancia con la familia, en sus culpas, todos temas que desatan episodios de angustia y depresión.

“Era bueno cuando el profe nos decía que el que estaba preso era el cuerpo, no el alma, ni la imaginación... Entonces cerrábamos los ojos y empezábamos a crear mundos y situaciones en nuestras mentes, que después compartíamos con nuestros compañeros para ir dándole forma a las obras”, aclara otro de los jóvenes que participó en el taller.

FINANCIAMIENTO PÚBLICO Considerando todas estas variables el Consejo Regional de O’Higgins apostó por este proyecto, entregando un financiamiento cercano a dos millones y medio de pesos para que la Municipalidad de Rancagua y la Defensoría Regional gestionaran y administraran la iniciativa, que iría en directo beneficio de la Comunidad Terapéutica Intrapenitenciaria “Camino a la vida”, donde más de 30 jóvenes se recuperan de sus adicciones a las drogas y al alcohol mientras cumplen sus respectivas condenas.

Nuevamente el bufón sale a escena. Ahora más empoderado, relata la segunda obra: “Se llama ‘El semáforo’ y fue una creación colectiva. Primero relataremos emociones. Después se representarán situaciones que a diario ocurren en cualquier esquina de la ciudad…”.

Y salen otros nueve actores, todos caminando rápido y simulando hablar por celular… hasta que uno grita fuerte ‘aló…’ y el resto calla. Ahí se inicia un monólogo, que relata sus emociones del momento: “Aló, hijo, si soy tu papito. Tu mami me dijo en la visita que no quieres venir y te entiendo, pero pórtate bien, quiero que te vaya bien en la escuela y no hagas rabiar a la mamita. Yo me estoy portando bien también para vernos pronto. Te amo, hijo”. Y así se suceden los nueve relatos, dirigidos a sus parejas, sus hijos,  las mamás y a la vida.

APUESTA DE RESOCIALIZACIÓN Según el Defensor Regional, Alberto Ortega, “este taller se concibió en principio como una actividad de entretención, lo cual no deja de ser importante en un ambiente donde se vive privado de libertad, pero también el teatro es un canal para colaborar con su resocialización, para abrirles nuevos horizontes a través de un arte que los invita a adoptar ciertas disciplinas, a trabajar en grupo,  a crear hábitos sociales y a desarrollar oros talentos”.

El alcalde de Rancagua, Eduardo Soto Romero, ofrece una respuesta determinante: “Muchas de las personas que están privadas de libertad también son rancagüinas y la municipalidad también se hace cargo de ellas, pues será una inversión social entregarle herramientas de reinserción que nos ayuden a trasformar sus vidas y a apartarlos del círculo de la delincuencia, lo que por cierto, beneficiará a toda la comunidad”.

Termina la escena y los personajes se agrupan para comenzar a cantar… ‘gracias a la vida, que me ha dado tanto’… Porque aun en medio de su castigo, sienten que tienen el valor para buscar nuevas herramientas y oportunidades para cambiar sus vidas, para alcanzar la ansiada reinserción social.

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