Sala de Prensa

12/10/2011

Los objetivos de la cárcel

La siguiente columna de opinión, escrita por el Defensor Regional de Arica y Parinacota, fue publicada recientemente en el diario La Estrella de Arica.

Para cualquiera puede ser discutible cuál es el objetivo de la cárcel. ¿Debe servir para reinsertar al preso? ¿Para resocializarlo? ¿O debe ser sólo un castigo? ¿Y en qué condiciones?

Cualquiera sea la opinión que se tenga, no hay dudas de que nuestro sistema penitenciario, tal como está, no cumple con ninguno de sus cometidos: cárceles hacinadas, escasas posibilidades de trabajar o estudiar, casi ningún tratamiento para adicciones o simplemente médico, servicios  higiénicos deplorables y, derechamente, condiciones inhumanas tanto para custodios como para custodiados.

¿Quién podría pensar en resocialización o reinserción en esas condiciones? ¿Qué oportunidades tiene una persona de salir de la cárcel convertido en un ser más útil para la sociedad?

En Arica no estamos ajenos a esta situación. Hace sólo unos días el diario La Estrella daba cuenta de una cárcel sobrepoblada en más del doble de su capacidad, con deficientes servicios higiénicos y sin agua la mayor parte del día, y en que los mayores niveles de hacinamiento se producen en el módulo de imputados, es decir gente que está a la espera de juicio, y que según la Constitución y las leyes debiera ser tratada como inocente.

Como país no podemos seguir tolerando esto. Nos emocionamos al ver en televisión el rescate de un toro herido, pero tratamos a seres humanos peor que a animales. Nos sobrecogemos al ver imágenes del incendio de la cárcel de San Miguel, pero las olvidamos rápidamente y no reparamos que esa tragedia está a punto de ocurrir nuevamente hoy, en cada una de las cárceles de nuestro país.

Por Claudio Gálvez Giordano, Defensor Regional de Arica y Parinacota.

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