20/01/2012
Efectos de la internación provisoria en menores
La siguiente columna de opinión, escrita por la sicóloga de la Unidad de Defensa Penal Juvenil de la Defensoría Regional de Antofagasta, fue publicada el pasado miércoles en El Mercurio de esa ciudad.
Como medida cautelar, la prisión preventiva agrupa diversos efectos físicos y esencialmente sicológicos en la persona que está obligada a obedecer. La incertidumbre en la persona privada de libertad puede generar ansiedades paranoides, conductas límites que pueden ir de autoagresiones a contextos de presión intensa o temor por la pérdida de sus vínculos con el exterior (familia).
En determinados casos, lo anterior podría gatillar sicosis de aparición precoz, como conductas suicidas, violencia y depresión sobre todo en primerizos, producto del impacto afectivo al estar separado de su entorno familiar.
El menor en internación provisoria está sumergido en un entorno persecutorio, donde los actores institucionales del sistema no son de confianza para este adolescente (trabajadores sociales, sicólogos, educadores, gendarmes, funcionarios judiciales, etc.), lo que acrecienta la desconfianza en quienes buscan reinsertar socialmente a dichos adolescentes.
Lamentablemente, en nuestro país no se cuenta con un estudio técnico que permita aseverar que a mayor cantidad de adolescentes infractores de ley en internación provisoria se logrará una menor cantidad de delitos. Pero sí se cuenta con estudios que concluyen que aquellos países que han utilizado desmedidamente la prisión preventiva no han reducido los índices de criminalidad e incluso han multiplicado sus problemas.
Ahora, de acuerdo con estadísticas de la Defensoría Regional de Antofagasta del año 2010-2011, del 100 por ciento de los casos que han derivado en internación provisoria en el ex Surgam, en promedio solo el 1,8 por ciento ha quedado cumpliendo una pena privativa y el 98,2 por ciento restante ha quedado sujeto a medidas y/o condenas en libertad, lo cual nos lleva a analizar de la efectividad del uso de dicha medida cautelar.
En resumen, ante las desventajas y efectos negativos de la prisión preventiva en menores y adultos, parece no ser ésta la solución recomendable para disminuir los índices de criminalidad, ya que al contrario, genera prisionización, contagio criminológico y etiqueta o estigma en los menores. Por ello, los centros de internación provisoria no son la solución más optima posible hacia la que apuntan los países en vías de desarrollo (Carranza, et. al. El control social sobre niños, niñas y adolescentes en América Latina, San Salvador, 1995).
Por Golda Barrientos Belone, sicóloga Defensoría Regional de Antofagasta.
- Noticias
- Columnas
- Revista 93
- Revista 93, Nº27
- Revista 93, Nº26
- Revista 93, Nº25
- Revista 93, Nº24
- Revista 93, Nº23
- Revista 93, N°22
- Revista 93, N°21
- Revista 93, N°20
- Revista 93, N°19
- Revista 93, N°18
- Revista 93, N°17
- Revista 93, N°16
- Revista 93, N°15
- Revista 93, N°14
- Revista 93, N°13
- Revista 93, N°12
- Revista 93, N°11
- Revista 93, N°10
- Revista 93, N°9
- Revista 93, N°8
- Revista 93, N°7
- Revista 93, N°6
- Revista 93, N°5
- Revista 93, N°4
- Revista 93, N°3
- Revista 93, N°2
- Revista 93, N°1
- Publicaciones destacadas
- Galería multimedia
- subir
- imprimir
- volver