Sala de Prensa

01/02/2012

Con gala artística finalizó taller de danza árabe en cárceles femeninas de la Sexta Región

La iniciativa, financiada con platas del Fondo Nacional de Desarrollo Regional, permitió que las internas tuvieran cinco meses de clases de baile y acondicionamiento físico.

Llegamos a la cárcel de Santa Cruz buscando a “La Quenita”, una interna que bordea los 60 años, de risa amable y estampa de abuelita, que viste siempre polleras largas, se abriga con chalecos de lana y mantiene su pelo tomado. Es normal encontrarla sentada en la sección femenina del penal, trabajando artesanías en mostacilla. 

Pero esta vez “La Quenita” está transformada. Luce un vestido de velos multicolores y un hermoso y suave maquillaje destaca sus rasgos, mientras pestañas postizas regalan intensidad a su mirada. “Es que hoy me siento mina”, dice, mientras ríe coqueta junto a las compañeras con las que prepara la presentación de cierre del taller de danza en el que participó.

Ese es, precisamente, el sentido del proyecto “Mujeres danzan por la reinserción”. No se trata sólo de una iniciativa de recreación o acondicionamiento físico, pues el objetivo más importante es que las internas del los centros de reclusión de Santa Cruz y de Rancagua se reencuentren con su femineidad y contribuyan a su autoestima.

“Es que cuando una está aquí, sola, ni se arregla. Con suerte cuando vienen a visitarla”, explica otra de las mujeres del CPF de Rancagua, quien disfrutó los cinco meses que duró el taller de danza, incluidos los atuendos e implementos que les otorgó el proyecto a ella y sus compañeras.

“Mi marido es el más feliz. Ahora, para cuando nos toque venusterio (encuentro íntimo con su pareja en la cárcel) le voy a hacer la media performance”, terminó confesando la misma mujer, riendo a carcajadas.

Danza árabe

Para Dianne Aranda, una de las bailarinas monitoras de la iniciativa, “la danza árabe era la disciplina ideal para atender a este grupo de novatas bailarinas, pues sus movimientos suaves permitían que todas pudieran practicarla, sin importar su edad o condición física. Además, es un baile que les enseña a aceptar su cuerpo, mostrarlo y sentirse coquetas y bellas nuevamente”.

Dianne agrega que en un comienzo todas las internas partieron muy tímidas, pero conforme fue pasando el tiempo, confeccionaron su propio vestuario, se maquillaron paa quedar cada vez más lindas e incluso le pedían discos con música árabe grabada para bailar durante los días en que no había taller.

Presentaciones

Esta semana fueron las presentaciones de término del taller, que fue financiado gracias al dos por ciento de cultura del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR). Cada una de las participantes pasó por el escenario luciendo hermosa, reencantándose con su cuerpo y demostrando una técnica ganada con meses de clases y prácticas.

En la ceremonia de cierre, el Defensor Regional, Alberto Ortega Jirón, explicó que “se trata de un proyecto de aquellos que denominamos ‘ancla’. Esto es, iniciativas que pretenden mejorar la auto percepción y la salud sicológica de los internos e internas, preparándolos para otras tareas más complejas como son la educativa y la preparación para el trabajo”.

Según Ortega, las internas miran este proyecto como un regalo que les entretiene y les ayuda a sentirse personas nuevamente. “Nosotros lo vemos como un paso más en la intrincada ruta de la rehabilitación. Tampoco podemos soslayar que somos portadores  de los profundos agradecimientos de las instituciones involucradas y de las personas condenadas por estos proyectos respaldados por el intendente regional y por el CORE, como una estrategia de oportunidades con miras a desafiar y combatir el fenómeno de la delincuencia en nuestra región”.

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