30/05/2012
Columna de opinión:
El aborto
El siguiente artículo, publicado hoy en El Mercurio de Antofagasta, fue escrito por Agustín Campillay, defensor penal juvenil de esa ciudad.
Hace algunos meses se publicó en los diarios locales la triste realidad de una adolescente a quien, en principio, se le había atribuido su participación en el delito de aborto, pero no hubo referencia alguna a lo que significa este delito en Chile, sobre todo en las adolescentes.
Desde el mundo del derecho, algunos penalistas han considerado que el aborto debe ser una institución que quede al margen de toda regulación jurídica, por los inminentes y evidentes conflictos que genera.
Por un lado, hay especialmente fundamentos éticos o religiosos. Es decir, hay personas que no necesariamente por adscripción a una religión determinada repudian el aborto, si no que lo hacen porque lo consideran de carácter inmoral.
Pero hay otros -y creemos que están en lo acertado- que consideran, dado los casos y las indicaciones que se plantean en doctrina -indicaciones de tipo terapéutico, eugenésico, sentimental e incluso económico- que regularlo es una necesidad.
En todo caso, un Estado liberal de derecho debiera fundamentarse más en la prevención que en la solución del problema cuando éste ya exista. ¿Cómo? Por ejemplo, a través de una política más abierta de anticoncepción (hacemos alusión a lo que fue el tema de la píldora del día después y su entrega a menores en los consultorios públicos), porque ya no tendríamos que utilizar tanto el aborto para terminar con embarazos no deseados.
Por lo demás, regular el aborto -especialmente el terapéutico- nos brinda de alguna manera la posibilidad de asegurarnos que las mujeres -especialmente las adolescentes- que se los van a practicar estén en manos de profesionales, de médicos capacitados y, por lo tanto, que los riesgos para su propia vida disminuyan.
Ahora, respecto del panorama comparado del aborto hay una variedad muy grande y, en general, no podríamos decir que en el derecho extranjero exista una sola forma de legislarlo, sino que hay varias, pero la mayoría responde a la idea de descriminalizarlo cuando se trata de abortos voluntarios, en especial de abortos terapéuticos.
Lo esencial es que en un Estado democrático estos temas se planteen, se discutan y se llegue a una regulación acorde a los tiempos en que vivimos.
Por Agustín Campillay Robledo,
defensor penal juvenil Antofagasta.
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