Sala de Prensa

12/10/2012

Defensor público Gonzalo Rodríguez:

“Mi defendido está desolado”

Según el abogado que lo representa, el gendarme Jorge Retamal lamenta que su intento por evitar una fatalidad terminara dañando accidentalmente a un inocente.

Si bien el cabo 2° de Gendarmería Jorge Sebastián Retamal Segura está en libertad de moverse libremente entre las seis de la mañana y las diez de la noche, de acuerdo con la medida cautelar de arresto domiciliario nocturno que le impuso el Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago, en la práctica el joven gendarme no se ha movido de su hogar.

“Mi defendido está desolado. Está viviendo momentos de gran angustia, ya que jamás pensó que su intento desesperado por dispersar a la turba descontrolada que lo atacó iba a terminar dañando tan gravemente a una persona, que además era totalmente inocente”, explica el defensor penal público Gonzalo Rodríguez, quien lo representa en esta causa penal.

El abogado agrega que su defendido está muy angustiado por la evolución de Anyelo Estrada, el joven universitario de 21 años que recibió accidentalmente en la cabeza un disparo que el uniformado efectuó al aire para dispersar a quienes lo atacaban, en el contexto de una protesta estudiantil. Por lo mismo, dice que el suboficial está atento a todas las informaciones relativas al estado de salud del joven.

“Él es un hombre de familia y un funcionario responsable, que lleva 13 años en Gendarmería, por lo que nunca se imaginó que estaría en una situación así. Está permanentemente preocupado de conocer las informaciones sobre el estado de salud del joven y se lo ha pasado rezando por su recuperación”, explica.

LA TRAGEDIA
Para el defensor público, fue la fatalidad del destino la que llevó a que justo cuando Retamal manejaba un carro celular de Gendarmería sin personal de apoyo, quedara inmovilizado por un taco y se convirtiera en blanco de un grupo de exaltados que participaba en una marcha estudiantil.

“Ya le habían quebrado los dos vidrios laterales con pesados bloques de cemento y cuando vio que lo atacarían a él se decidió a disparar al aire para dispersar a sus atacantes. La tragedia fue que ese intento por evitar un mal mayor se transformó en una bala perdida que impactó a un inocente, que no hacía otra cosa que mirar desde la ventana de su departamento”, concluyó Rodríguez.

  • subir
  • imprimir
  • volver